Hernia de hiato: síntomas, causas y pruebas médicas
La hernia de hiato es una alteración común del aparato digestivo que puede pasar desapercibida durante mucho tiempo. Muchas personas descubren que la tienen cuando comienzan a notar molestias que confunden con acidez, reflujo o digestiones pesadas. Reconocer qué síntomas tiene la hernia de hiato y entender cuándo conviene realizar una prueba diagnóstica es clave para prevenir complicaciones y recuperar el bienestar digestivo.
¿Qué es una hernia de hiato?
Se produce cuando una parte del estómago asciende hacia el tórax a través del diafragma, el músculo que separa el abdomen del pecho y que interviene en la respiración.
El diafragma tiene una pequeña abertura llamada hiato esofágico, por donde pasa el esófago antes de unirse al estómago. Cuando esta abertura se ensancha o pierde firmeza, una parte del estómago puede deslizarse hacia arriba, dando lugar a una hernia en el estómago.
Existen dos tipos principales:
- Hernia por deslizamiento, la más frecuente, en la que el cardias (unión entre esófago y estómago) se desplaza hacia el tórax.
- Hernia paraesofágica, menos habitual pero más grave, en la que parte del estómago se sitúa junto al esófago y puede estrangularse.
Ambas requieren valoración médica, especialmente si se presentan síntomas persistentes o intensos.
Qué síntomas tiene la hernia de hiato
Los síntomas de la hernia de hiato pueden variar según el tamaño de la hernia y la respuesta del organismo. Algunas personas no sienten nada, mientras que otras sufren molestias que afectan su calidad de vida.
Los signos más comunes incluyen:
- Ardor o acidez estomacal: es el síntoma más característico. El contenido ácido del estómago asciende hacia el esófago, provocando sensación de quemazón en el pecho o la garganta.
- Regurgitación ácida o amarga: sensación de que el ácido o parte del alimento sube de nuevo por la garganta, especialmente al acostarse.
- Dolor torácico o en la boca del estómago: muchas veces se confunde con dolor cardíaco, ya que puede irradiar hacia el pecho o la espalda.
- Dificultad para tragar (disfagia) o sensación de que la comida se queda atascada en el pecho.
- Hipo frecuente o sensación de plenitud abdominal tras comidas pequeñas.
- Tos seca, ronquera o irritación de garganta, sobre todo por la noche, debido al reflujo ácido.
- Náuseas matutinas o sensación de estómago lleno sin comer mucho.
Cuando los síntomas son persistentes o empeoran al tumbarse, es importante acudir a un especialista para realizar pruebas diagnósticas, como una gastroscopia, una radiografía con contraste o una manometría esofágica. Estas pruebas permiten confirmar la presencia de una hernia y evaluar si existe reflujo gastroesofágico asociado.
Qué síntomas da una hernia de hiato grave
No todas las hernias se comportan igual. En los casos más avanzados o cuando parte del estómago queda atrapado en el tórax, los síntomas pueden ser más intensos:
- Dolor agudo o punzante en el pecho o la parte alta del abdomen.
- Dificultad respiratoria al presionar el estómago el diafragma.
- Vómitos con sangre o heces negras, indicio de sangrado digestivo.
- Pérdida de peso inexplicada o anemia por sangrado crónico.
Estos signos requieren atención médica urgente, ya que pueden indicar una hernia estrangulada o una complicación del esófago por reflujo prolongado.
Causas y factores de riesgo
La hernia de hiato aparece por una combinación de factores anatómicos y de presión abdominal. Las causas más frecuentes incluyen:
- Envejecimiento: con los años, el diafragma pierde tono muscular.
- Obesidad o sobrepeso, que aumentan la presión dentro del abdomen.
- Tos crónica, estreñimiento o levantar peso con frecuencia, que fuerzan la musculatura abdominal.
- Embarazo, por la presión que ejerce el útero sobre el estómago.
- Predisposición genética o debilidad del tejido conjuntivo.
También puede influir el consumo de tabaco, el estrés, las comidas copiosas y acostarse justo después de comer, ya que favorecen el reflujo y la presión sobre el hiato.
Cómo se diagnostica una hernia de hiato
El diagnóstico comienza con una evaluación médica completa, que incluye preguntas sobre los síntomas y antecedentes personales. Posteriormente se pueden solicitar pruebas específicas:
- Endoscopia digestiva alta (gastroscopia): permite visualizar directamente el esófago y el estómago, detectar lesiones por reflujo y confirmar la existencia de hernia.
- Radiografía con contraste baritado, que muestra la posición del estómago y el esófago.
- Manometría esofágica, que mide la presión y función muscular del esófago.
- PHmetría esofágica, útil para valorar el grado de reflujo ácido.
Cómo se cura la hernia de hiato
La hernia de hiato no siempre necesita cirugía. En muchos casos, los síntomas se controlan con cambios en el estilo de vida y tratamiento farmacológico.
Tratamiento médico
- Fármacos antiácidos y protectores gástricos: como los inhibidores de la bomba de protones o los bloqueadores H2, que reducen la acidez.
- Procinéticos, que mejoran el vaciado gástrico y disminuyen el reflujo.
- Medidas higiénico-dietéticas, fundamentales para mejorar el bienestar digestivo.
Entre las recomendaciones más útiles:
- Comer despacio y en porciones pequeñas.
- Evitar alimentos irritantes (café, chocolate, alcohol, fritos, picantes).
- No tumbarse hasta al menos dos horas después de comer.
- Dormir con el cabecero de la cama ligeramente elevado.
- Mantener un peso saludable y evitar prendas muy ajustadas.
Cirugía de la hernia de hiato
Cuando los síntomas no mejoran con medicación o la hernia es grande, puede ser necesario recurrir a la operación de hernia de hiato.
La técnica más habitual es la funduplicatura de Nissen, realizada por laparoscopia. Esta intervención reposiciona el estómago en el abdomen y refuerza el diafragma para evitar que el ácido suba al esófago.
El postoperatorio suele ser rápido y el paciente puede reincorporarse a su rutina en pocos días. La cirugía tiene un alto índice de éxito y mejora notablemente la calidad de vida.
Cuándo acudir al médico
Conviene consultar con un especialista en aparato digestivo cuando:
- Los síntomas de acidez o reflujo son frecuentes.
- Se necesita tomar antiácidos de forma continua.
- Hay dolor torácico sin causa cardíaca aparente.
- Aparecen vómitos con sangre, pérdida de peso o dificultad para tragar.
Un diagnóstico precoz evita daños en el esófago y permite tratar el problema de raíz. La herniación del estómago puede empeorar con el tiempo si no se controla adecuadamente.
Vivir con hernia de hiato
Aunque la hernia de hiato es crónica en muchos casos, se puede llevar una vida completamente normal con las medidas adecuadas. Cuidar la alimentación, evitar el tabaco y mantener un peso equilibrado reduce los síntomas de manera notable.
Además, seguir los controles médicos y realizar una revisión periódica ayuda a prevenir complicaciones a largo plazo como la esofagitis o la úlcera esofágica.
Escuchar al cuerpo es clave. Si se siente ardor frecuente, tos nocturna o molestias digestivas sin explicación, lo más recomendable es realizar una prueba diagnóstica digestiva para confirmar si hay una hernia y tratarla cuanto antes.
En SaludOnNet, es posible acceder a endoscopias y estudios digestivos sin listas de espera, con especialistas que ofrecen atención personalizada y precios cerrados. Una valoración temprana puede marcar la diferencia entre convivir con molestias crónicas o recuperar una digestión tranquila y sin dolor.
Cirugía laparoscópica: ¿qué es y cuáles son sus ventajas?
Las cirugías laparoscópicas se han convertido en la opción preferida para numerosos procedimientos quirúrgicos. Esta técnica, también conocida como cirugía mínimamente invasiva, utiliza pequeños cortes en lugar de grandes incisiones, lo que conlleva una serie de beneficios tanto para el paciente como para el equipo médico.
La cirugía laparoscópica implica la inserción de un laparoscopio, un instrumento quirúrgico delgado e iluminado, a través de incisiones pequeñas en la piel. Por esas incisiones los cirujanos pueden realizar procedimientos quirúrgicos en el interior del abdomen o la pelvis. Este método proporciona imágenes en tiempo real de los órganos internos, permitiendo una visualización clara y precisa.
Cómo funciona el procedimiento
La cirugía laparoscópica se realiza de la siguiente manera:
- Anestesia: se hace bajo anestesia general o local, dependiendo del tipo de procedimiento.
- Incisiones: se realizan de dos a cinco pequeñas incisiones en el abdomen.
- Insuflación: se introduce dióxido de carbono en la cavidad abdominal para crear espacio y facilitar la visualización.
- Inserción del laparoscopio: se introduce el laparoscopio a través de una de las incisiones, y los instrumentos quirúrgicos se insertan a través de las otras.
- Realización del procedimiento: los cirujanos pueden llevar a cabo la cirugía mediante la visualización en un monitor conectado al laparoscopio.
- Cierre: una vez finalizado el procedimiento, se retiran los instrumentos y se cierran las incisiones con suturas o grapas.
Tipos de procedimientos laparoscópicos
Las cirugías laparoscópicas se utilizan para una amplia variedad de procedimientos, incluyendo:
- Colecistectomía: extirpación de la vesícula biliar.
- Apendicectomía: extirpación del apéndice.
- Reparación de hernias. Es una de las cirugías más frecuentes en España.
- Cirugía bariátrica: procedimientos para la pérdida de peso, como el bypass gástrico.
- Cirugía ginecológica: tratamientos para endometriosis, quistes ováricos y fibromas uterinos.
Ventajas de la cirugía laparoscópica
Los principales beneficios de este tipo de intervención son:
- Menos invasiva. Una de las principales ventajas de la cirugía laparoscópica es que es menos invasiva en comparación con la cirugía abierta. Esto se traduce en menos daño a los tejidos y, por ende, menos dolor postoperatorio.
- Recuperación más rápida. Los pacientes que se someten a cirugías laparoscópicas tienden a experimentar un tiempo de recuperación más rápido. Pueden volver a sus actividades diarias en un periodo de tiempo más corto que aquellos que han pasado por cirugía abierta.
- Menos complicaciones. Al ser menos invasiva, se traduce en menos complicaciones durante y después de la cirugía, como infecciones o hemorragias.
- Cicatrices más pequeñas. Las incisiones más pequeñas resultan en cicatrices menos notorias, lo que es estéticamente más agradable para los pacientes.
- Menor necesidad de analgésicos. Debido a que el dolor postoperatorio es generalmente menor, los pacientes que se someten a cirugía laparoscópica a menudo requieren menos analgésicos, lo que puede reducir el riesgo de dependencia.
- Estancia hospitalaria reducida. Muchos procedimientos laparoscópicos pueden realizarse de forma ambulatoria, lo que significa que los pacientes pueden regresar a casa el mismo día de la cirugía, evitando así la necesidad de una estancia prolongada en el hospital.
Una ventaja esencial de la cirugía laparoscópica está en el alto nivel de precisión que puede lograr un cirujano capacitado. Sin embargo, esta técnica requiere formación y experiencia avanzada, ya que trabajar en espacios pequeños y usando un monitor como guía presenta desafíos específicos. Los cirujanos pasan por un entrenamiento riguroso en simuladores y prácticas antes de realizar laparoscopias en pacientes y muchos hospitales realizan programas de formación continua para mantenerse actualizados en técnicas nuevas y mejores prácticas.
Desventajas y riesgos
Aunque las cirugías laparoscópicas ofrecen numerosas ventajas, también tienen algunas desventajas y riesgos que es importante considerar:
- Limitaciones técnicas: algunos procedimientos pueden no ser posibles a través de laparoscopia debido a la complejidad del caso.
- Riesgos de complicaciones: aunque son menos frecuentes, aún existen riesgos de complicaciones, como lesiones a órganos internos, infecciones o hemorragias.
- Coste: las cirugías laparoscópicas pueden ser más costosas debido a la tecnología y los equipos necesarios.
Preparación para una cirugía laparoscópica
Antes de someterse a una cirugía laparoscópica, los pacientes deben prepararse adecuadamente:
- Consulta médica: es fundamental discutir con el médico los detalles del procedimiento, incluyendo los riesgos y beneficios.
- Análisis preoperatorios: se pueden requerir análisis de sangre y estudios de imagen para evaluar el estado de salud del paciente.
- Instrucciones preoperatorias: es probable que el médico proporcione instrucciones sobre la dieta y la medicación a seguir antes de la cirugía.
Cuidados postoperatorios
Tras una cirugía laparoscópica, el tiempo de recuperación es generalmente corto, pero el seguimiento de los cuidados postoperatorios es esencial para una recuperación sin complicaciones.
Los pacientes suelen experimentar menor dolor que con cirugías abiertas, pero se recomienda evitar levantar objetos pesados y abstenerse de realizar esfuerzos físicos en las primeras semanas.
La higiene de las pequeñas incisiones es fundamental; mantenerlas limpias y secas reduce el riesgo de infecciones. Además, el médico puede recomendar una dieta baja en grasas para evitar molestias digestivas. Una atención adecuada a estos cuidados favorece una recuperación rápida y sin problemas, y muchos pacientes pueden retomar sus actividades diarias en pocos días.
Impacto en la calidad de vida
La cirugía laparoscópica no solo facilita la recuperación temprana, sino que también tiene un impacto positivo en la calidad de vida a largo plazo. La menor invasión de los tejidos se traduce en menos dolor y cicatrices menos visibles, lo que brinda un beneficio estético importante.
Los pacientes pueden retomar su rutina con mayor rapidez, lo que beneficia su salud mental y su productividad. Además, el menor riesgo de infecciones o complicaciones reduce la necesidad de visitas de seguimiento y de tratamientos adicionales, lo que mejora la experiencia del paciente y disminuye la carga sobre el sistema de salud.
Innovaciones recientes en cirugía laparoscópica
Las innovaciones tecnológicas han impulsado la cirugía laparoscópica hacia nuevos niveles de precisión y seguridad. Uno de los avances más destacados es la cirugía asistida por robot, en la que los cirujanos utilizan brazos robóticos que replican sus movimientos, eliminando los temblores de las manos humanas.
Esto es particularmente útil en procedimientos que requieren extrema precisión, como los de próstata y algunos ginecológicos. Otra innovación es la laparoscopia 3D, que brinda una vista tridimensional de la anatomía interna, ayudando a mejorar la profundidad de campo y la claridad visual. Estos avances no solo reducen riesgos, sino que también hacen posible realizar laparoscopias en procedimientos antes considerados demasiado complejos.
Candidatos ideales para cirugía laparoscópica
La cirugía laparoscópica es ideal para muchos pacientes, pero no para todos. No está recomendada para:
- Aquellos que han tenido cirugías abdominales previas. Pueden presentar adherencias o cicatrices internas, lo cual puede dificultar el acceso mediante laparoscopia.
- Pacientes con enfermedades crónicas graves, problemas cardíacos o pulmonares, ya que la cirugía bajo insuflación puede alterar la presión en la cavidad abdominal.
Antes de decidirse por una cirugía laparoscópica, el cirujano evalúa los antecedentes médicos, el estado de salud general y la naturaleza del problema del paciente, asegurando que el procedimiento sea seguro y efectivo.
Las cirugías laparoscópicas han revolucionado el campo de la medicina al ofrecer una alternativa menos invasiva a los procedimientos quirúrgicos tradicionales. Sus múltiples ventajas, como la recuperación rápida, las cicatrices más pequeñas y la menor necesidad de analgésicos, hacen que sean una opción atractiva para muchos pacientes. Sin embargo, es crucial que los pacientes estén bien informados sobre el procedimiento, sus riesgos y su preparación para garantizar los mejores resultados.
Para obtener más información sobre cirugías laparoscópicas y otros procedimientos quirúrgicos, se recomienda consultar a un profesional de la salud o visitar fuentes confiables. En SaludOnNet contamos con especialistas que pueden atenderle sin esperas y a unos precios muy asequibles.
Cirugía ambulatoria: ¿qué es y en qué casos es una opción?
La cirugía ambulatoria ha revolucionado la forma en que se realizan muchos procedimientos médicos en la actualidad. Esta modalidad permite que los pacientes se sometan a intervenciones quirúrgicas y regresen a casa el mismo día, sin necesidad de permanecer en un hospital por largos períodos.
La cirugía ambulatoria, también conocida como cirugía sin hospitalización o cirugía de un día, se refiere a procedimientos quirúrgicos que no requieren que el paciente pase la noche en el hospital. Esta modalidad se basa en la premisa de que muchos procedimientos pueden realizarse de manera segura y efectiva en un entorno ambulatorio, lo que proporciona comodidad tanto al paciente como al sistema de salud.
La cirugía ambulatoria comenzó a ganar popularidad en la década de 1970, cuando los avances en la tecnología médica y anestesia permitieron realizar procedimientos más complejos con un menor riesgo. Desde entonces, la lista de procedimientos adecuados para la cirugía ambulatoria ha crecido significativamente, abarcando desde cirugías menores hasta intervenciones más complejas.
Ventajas de la cirugía ambulatoria
Las ventajas de la cirugía ambulatoria son diversas y pueden incluir:
- Menor tiempo de recuperación. La mayoría de los pacientes experimentan una recuperación más rápida y menos complicaciones en comparación con la cirugía tradicional.
- Reducción de costes. Al evitar la hospitalización, se reducen significativamente los costes asociados con la atención médica.
- Comodidad. Los pacientes pueden recuperarse en su hogar, lo que mejora su experiencia general y reduce el estrés.
- Menor riesgo de infecciones. Al no estar expuesto a un entorno hospitalario, el riesgo de infecciones adquiridas en el hospital se reduce.
- Flexibilidad. Los horarios de cirugía ambulatoria suelen ser más flexibles, lo que permite a los pacientes elegir un momento que les resulte conveniente.
Diferentes tipos de cirugía sin hospitalización
Existen numerosos tipos de cirugía ambulatoria que abarcan diversas especialidades médicas. Algunos ejemplos habituales son:
- Cirugía ortopédica. Procedimientos como la artroscopia de rodilla o la reparación de fracturas menores se pueden realizar de manera ambulatoria. Estos procedimientos a menudo permiten a los pacientes regresar a su hogar el mismo día.
- Cirugía general. Intervenciones como la colecistectomía laparoscópica (extirpación de la vesícula biliar) y la apendicectomía laparoscópica son ejemplos de cirugía general que se pueden realizar de manera ambulatoria
- Cirugía plástica y reconstructiva. Procedimientos estéticos, como la liposucción y la rinoplastia, a menudo se realizan en un entorno ambulatorio, permitiendo a los pacientes recuperarse en casa.
- Procedimientos ginecológicos. La histeroscopia y la laparoscopia ginecológica son ejemplos de cirugías que pueden realizarse sin necesidad de hospitalización prolongada.
- Oftalmología. Procedimientos como la cirugía de cataratas y la corrección de la visión con láser son comúnmente realizados de manera ambulatoria, lo que permite a los pacientes volver a casa el mismo día.
- Urología. Intervenciones como la vasectomía o la resección transuretral de la próstata (TURP) también se pueden realizar en un entorno ambulatorio.
Casos en los que se utiliza la cirugía ambulatoria
La cirugía ambulatoria es una opción viable en varios casos, y se recomienda en situaciones en las que los beneficios superan los riesgos. Algunos de los factores que pueden hacer que un paciente sea un candidato adecuado para la cirugía ambulatoria incluyen:
- Procedimientos de bajo riesgo: aquellos que son mínimamente invasivos y que no requieren una vigilancia postoperatoria intensiva.
- Condición médica estable: pacientes que tienen condiciones médicas controladas y estables son más propensos a ser candidatos para la cirugía ambulatoria.
- Sistema de apoyo en casa: los pacientes que cuentan con alguien que pueda asistirlos en casa tras la cirugía suelen ser mejores candidatos para esta modalidad.
- Voluntad de seguir instrucciones: la disposición de los pacientes para seguir las indicaciones postoperatorias y asistir a las citas de seguimiento es esencial para el éxito de la cirugía ambulatoria.
- Anticipación de complicaciones: si no se esperan complicaciones o si la intervención tiene un alto porcentaje de éxito, la cirugía ambulatoria puede ser una opción.
Preparación para la cirugía ambulatoria
La preparación adecuada es crucial para el éxito de cualquier procedimiento quirúrgico, y la cirugía ambulatoria no es una excepción. Aquí hay algunos pasos a seguir:
- Consulta previa. Es importante tener una consulta detallada con el cirujano para discutir el procedimiento, los riesgos, los beneficios y cualquier pregunta que puedas tener.
- Exámenes médicos. Es posible que se requieran análisis de sangre, estudios de imagen o pruebas de función cardíaca para asegurarse de que estés en condiciones de someterte a la cirugía.
- Instrucciones preoperatorias. El cirujano proporciona instrucciones específicas sobre qué comer o beber antes de la cirugía, así como recomendaciones sobre medicamentos.
- Transporte. Dado que es probable que el paciente esté bajo los efectos de la anestesia, necesitará un acompañante que le lleve a casa después de la cirugía.
- Planificación de la recuperación. Organización del hogar para facilitar la recuperación, asegurándose de tener todo lo necesario al alcance de la mano.
Recuperación después de esta cirugía

La recuperación tras una cirugía ambulatoria varía según el tipo de procedimiento realizado. Sin embargo, hay algunas pautas generales que se pueden seguir:
- Descanso: es fundamental descansar y evitar actividades extenuantes durante los primeros días después de la cirugía.
- Control del dolor: es posible que se receten analgésicos para controlar cualquier malestar. Se deben seguir las instrucciones del médico sobre la dosificación y el uso.
- Cuidado de las incisiones: si se realizaron incisiones, hay que asegurarse de seguir las instrucciones sobre cómo cuidarlas y cuándo es seguro retirarse las suturas, si es necesario.
- Monitoreo de síntomas: hay que prestar atención a cualquier signo de complicaciones, como fiebre, sangrado excesivo o signos de infección. Si se experimentan estos síntomas, hay que comunicarse con el médico de inmediato.
- Citas de seguimiento: es importante asistir a cualquier cita de seguimiento programada para asegurarse de que la recuperación esté en el camino correcto.
Diferencias entre cirugía ambulatoria y cirugía hospitalaria
Es esencial entender las diferencias entre la cirugía ambulatoria y la cirugía hospitalaria. Aquí hay algunas de las principales distinciones:
ASPECTO | CIRUGIA AMBULATORIA | CIRUGÍA HOSPITALARIA |
---|---|---|
Estancia | El paciente regresa a casa el mismo día | El paciente permanece en el hospital al menos una noche |
Tiempo de recuperación | Generalmente más corto | Puede ser más prolongado |
Costes | Menores costes totales | Mayor coste debido a la hispitalización |
Riesgo de infecciones | Menor riesgo | Mayor riesgo por la estancia en el entorno hospitalario |
Tipos de procedimiento | Menos invasivos | Más complejos y de mayor riesgo |
Con el avance de la tecnología médica y la anestesia, cada vez más intervenciones se realizan de manera ambulatoria, lo que permite a los pacientes disfrutar de una experiencia más cómoda y menos costosa.
Si estás considerando una cirugía ambulatoria, consulta a tu médico para discutir tus opciones y determinar el mejor enfoque para tu situación específica. Con la preparación adecuada y el seguimiento de las recomendaciones médicas, la cirugía ambulatoria puede ser una solución efectiva para mejorar tu salud sin los inconvenientes de una hospitalización prolongada. Si confías en SaludOnNet podrás realizarte la cirugía que necesites sin esperas y con precios muy ajustados.
Cerca de 850.000 personas en lista de espera quirúrgica en 2024
La lista de espera quirúrgica en España se han convertido en un desafío crítico para el sistema sanitario. A mediados de 2024, más de 850.000 personas están esperando una intervención quirúrgica, según datos proporcionados por el Ministerio de Sanidad. Aunque se ha observado una leve mejoría en los tiempos de espera desde diciembre de 2023, los números siguen siendo preocupantes en comparación con los del año anterior, reflejando un aumento tanto en el número de pacientes en espera como en la duración de los tiempos de atención.
En junio de 2024, el tiempo medio de espera para una intervención quirúrgica se situaba en 121 días, una mejora leve respecto a los 128 días registrados en diciembre de 2023. No obstante, esta cifra sigue siendo superior a los 113 días de junio de 2023, lo que refleja una tendencia ascendente en los tiempos de espera, afectando a miles de pacientes que aguardan una solución médica.
Especialidades más afectadas por los tiempos de espera
Las especialidades quirúrgicas no se ven afectadas por igual. Entre las áreas más perjudicadas están la traumatología, la cirugía plástica, y la neurocirugía, donde los tiempos de espera suelen ser más prolongados. De acuerdo con el informe, más del 24,7% de los pacientes han esperado más de seis meses para ser intervenidos, lo que supone una leve mejora respecto al 28,2% de diciembre de 2023, pero sigue superando con creces las cifras del año anterior.
Así, la cirugía plástica encabeza la lista de espera quirúrgica con una espera media de 236 días, seguida de la neurocirugía con 189 días y la angiología y cirugía vascular con 148 días. Estas diferencias destacan la necesidad de una planificación más eficiente para equilibrar los recursos y reducir las listas de espera en las áreas más afectadas.
Otras especialidades, como la cirugía cardíaca y la dermatología, tienen los tiempos de espera más cortos. Por ejemplo, la cirugía cardíaca tiene un tiempo medio de 63 días, mientras que dermatología se sitúa en 65 días y oftalmología en 84 días.
El elevado número total de personas en espera sigue siendo un claro indicativo de la carga que enfrenta el sistema, especialmente después de la crisis provocada por la pandemia de COVID-19, que dejó muchas intervenciones pendientes.
Procesos quirúrgicos con garantía de tiempo
Algunos procedimientos quirúrgicos tienen garantizado un tiempo máximo de espera de 180 días. La cirugía cardíaca coronaria presenta un tiempo de espera promedio de 43 días, y ningún paciente supera el plazo de los 180 días. La cirugía cardíaca valvular, con una espera media de 50 días, muestra un leve incumplimiento del objetivo, con un 2,7% de los pacientes que superan el plazo máximo permitido.
En contraste, otros procedimientos quirúrgicos presentan mayores retrasos. En la cirugía de cataratas, el tiempo medio de espera es de 73 días, pero 6,6% de los pacientes supera los 180 días de espera. Las prótesis de cadera y de rodilla son los procesos más problemáticos, con tiempos de espera medios de 110 días y 136 días, respectivamente. Además, el 15% de los pacientes que esperan una prótesis de cadera y el 23% de los que necesitan una de rodilla superan el tiempo máximo garantizado de 180 días.
Incremento en las listas de espera para consultas externas
El acceso a las consultas externas también ha empeorado. Según los datos a 30 de junio de 2024, 84 de cada 1000 personas están esperando una primera consulta con un especialista, con un tiempo medio de espera de 94 días. De los pacientes en espera, el 54,6% tiene una cita programada para más de 60 días. Este incremento afecta directamente a la calidad de la atención sanitaria y refleja la sobrecarga en el sistema de salud pública.
Factores detrás del aumento en la lista de espera quirúrgica
El aumento de las listas de espera no puede atribuirse a una única causa. Hay que tener en cuenta algunos factores como:
- Secuelas de la pandemia. Durante meses, muchas intervenciones consideradas no urgentes fueron aplazadas, lo que generó un colapso acumulativo. Además, la demanda asistencial ha crecido en los últimos años, lo que ha sobrecargado aún más los recursos disponibles.
- Desigualdad entre comunidades autónomas. Algunas regiones tienen más dificultades que otras para gestionar las listas de espera, lo que genera diferencias en los tiempos de atención según la ubicación. Este es uno de los grandes desafíos del sistema de salud público en España. Se debe garantizar una distribución equitativa de recursos que permita reducir los tiempos de espera de manera homogénea.
Medidas implementadas e impacto en las listas de espera quirúrgicas
El Ministerio de Sanidad ha implementado diversas medidas para reducir los tiempos de espera, aunque los resultados hasta ahora han sido limitados. Entre estas acciones, destacan:
- Aumento de los recursos humanos mediante la contratación de personal sanitario adicional.
- Inversión en infraestructuras hospitalarias.
- Mejora de la coordinación intercomunitaria.
- Apuesta por el uso de nuevas tecnologías como la telemedicina, que facilita la gestión de consultas y revisiones, liberando recursos para las intervenciones quirúrgicas.
Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos, la realidad es que el número de pacientes en espera sigue siendo muy elevado, y los avances son, en muchos casos, lentos y no tan significativos como se esperaba.
El problema también radica en la falta de personal especializado, particularmente en ciertas regiones. A pesar de la incorporación de más profesionales sanitarios, sigue siendo un reto cubrir la demanda creciente. Además, en muchas áreas rurales o menos pobladas, las opciones para recibir atención especializada son limitadas, lo que alarga los tiempos de espera para los pacientes de estas zonas.
Perspectivas y próximos pasos
En los próximos meses, el Ministerio de Sanidad continuará implementando medidas para aliviar la presión sobre el sistema de salud. Se espera que la mejora en la redistribución de recursos y una mayor coordinación entre las comunidades autónomas puedan ayudar a reducir los tiempos de espera quirúrgica de forma más efectiva. También se espera que el uso de nuevas tecnologías y el enfoque en la digitalización de procesos continúe siendo clave para hacer frente al problema.
Para los pacientes que actualmente se encuentran en lista de espera, es fundamental estar en contacto con los servicios de salud y recibir actualizaciones sobre su situación. En muchos casos, la atención oportuna puede marcar una gran diferencia en la calidad de vida de los pacientes.
¿Qué hacer si estás en lista de espera quirúrgica?
Si eres uno de los 850.000 pacientes en lista de espera para una intervención quirúrgica, es recomendable que te mantengas en contacto con tu médico o centro de salud para obtener información actualizada sobre tu situación. Además, puedes preguntar por alternativas temporales de tratamiento que puedan ayudar a aliviar los síntomas mientras esperas tu cirugía.
Si no puedes permitirte esperar y necesitas operarte con urgencia, una opción a considerar es la sanidad privada, donde puedes acceder a cirugía sin demoras y recibir una atención médica inmediata. Consulta en SaludOnNet, es una buena alternativa que te brinda tranquilidad y una solución rápida a tu problema de salud.
Cirugías que pueden mejorar tu calidad de vida
El avance de la medicina ha permitido que muchas personas aumenten su bienestar a través de diferentes tipos de cirugías que pueden mejorar la calidad de vida. Algunas de estas intervenciones no son únicamente estéticas o superficiales, sino que aportan beneficios tangibles para la salud física, emocional y mental. A través de cirugías reconstructivas, cirugías bariátricas y otros procedimientos, los pacientes pueden recuperar la movilidad, aliviar el dolor crónico, mejorar su apariencia y ganar confianza en sí mismos, lo que repercute de manera directa en su día a día.
Cirugía de cataratas: mejora de la visión
La cirugía de cataratas es una de las intervenciones más frecuentes y con mejores resultados en todo el mundo. Las cataratas son una opacidad del cristalino del ojo que, con el tiempo, afecta la visión de forma progresiva. Esta condición, común en personas mayores, puede limitar la capacidad para realizar tareas cotidianas como leer, conducir o simplemente disfrutar del entorno.

El tratamiento es unaintervención relativamente simple, en la que se reemplaza el cristalino opaco por una lente artificial, lo que restaura la visión del paciente. La cirugía de cataratas permite a quienes se someten a este procedimiento recuperar su independencia y mejorar significativamente su calidad de vida.
Los principales beneficios son:
- Recuperación rápida de la visión.
- Reducción del riesgo de caídas y accidentes relacionados con la vista.
- Mejora en la capacidad para realizar actividades diarias.
Cirugía ortopédica: movilidad y funcionalidad
Los problemas ortopédicos, como lesiones de rodilla o cadera, pueden limitar gravemente la movilidad y la calidad de vida de una persona. A medida que las articulaciones se desgastan con la edad o debido a lesiones, el dolor y la limitación del movimiento se convierten en problemas persistentes. Afortunadamente, la cirugía de rodilla para mejorar la movilidad o la cirugía de cadera son procedimientos cada vez más comunes que permiten a los pacientes recuperar la función articular.
Estos tipos de intervenciones, como la cirugía ortopédica, no solo alivian el dolor crónico, sino que también permiten a los pacientes recuperar su independencia y mejorar su capacidad para participar en actividades físicas. En muchos casos, el resultado es una vida más activa y saludable.

Los principales beneficios son:
- Recuperación de la capacidad para caminar y moverse sin dolor.
- Mayor independencia y participación en actividades cotidianas.
- Mejora en la salud mental al reducir el dolor crónico.
Cirugía de columna para el dolor crónico
El dolor crónico de espalda es una de las principales causas de incapacidad en el mundo. Para muchas personas, el dolor de columna limita severamente sus actividades diarias y puede afectar su salud mental y emocional. En estos casos, la cirugía de columna para el dolor crónico puede ser una opción viable.
Dependiendo de la condición específica, como hernias discales o estenosis espinal, hay varias opciones quirúrgicas disponibles, desde cirugías mínimamente invasivas hasta procedimientos más complejos de fusión vertebral. Estas intervenciones ayudan a aliviar la presión sobre los nervios y las estructuras óseas, lo que mejora la movilidad y reduce significativamente el dolor.
Algunos beneficios incluyen:
- Alivio del dolor crónico que no responde a otros tratamientos.
- Mejora en la postura y la movilidad.
- Aumento de la calidad de vida al recuperar la capacidad de movimiento.
Cirugías bariátricas: mejora de la salud y pérdida de peso
La cirugía bariátrica es una intervención diseñada para tratar la obesidad severa, un problema de salud que afecta a millones de personas en todo el mundo. Esta cirugía puede incluir procedimientos como el bypass gástrico o la banda gástrica, que reducen la capacidad del estómago y, por lo tanto, ayudan a los pacientes a perder peso de manera significativa.
Además de la pérdida de peso, las cirugías bariátricas y la pérdida de peso tienen otros beneficios importantes, como la mejora en la salud cardiovascular, la reducción del riesgo de diabetes tipo 2 y la mejora en los niveles de colesterol. Para muchas personas, esta cirugía representa una nueva oportunidad para llevar una vida más saludable y activa.
Algunos beneficios son:
- Pérdida significativa de peso y mejora de la salud general.
- Reducción del riesgo de enfermedades asociadas con la obesidad, como la diabetes.
- Mejora de la autoestima y la calidad de vida.
Cirugía de hernia para mejorar la calidad de vida
Las hernias, que ocurren cuando una parte de un órgano sobresale a través de un área débil en la pared muscular, pueden ser extremadamente dolorosas e incapacitantes. La cirugía de hernia es un procedimiento común que puede eliminar el dolor y las molestias asociadas, permitiendo a las personas recuperar su calidad de vida.
La reparación de hernias es, en la mayoría de los casos, un procedimiento mínimamente invasivo que implica poco tiempo de recuperación. Tras la cirugía, los pacientes suelen experimentar una mejora notable en su capacidad para realizar actividades físicas sin dolor.
El paciente notará:
- Alivio inmediato del dolor y la incomodidad.
- Mejora de la capacidad para realizar actividades físicas.
- Reducción del riesgo de complicaciones graves, como estrangulamiento herniario.
Cirugía de varices para mejorar la circulación
Las varices son venas dilatadas que pueden causar molestias, dolor y problemas estéticos. La cirugía de varices es un procedimiento que no solo mejora la apariencia de las piernas, sino que también puede aliviar síntomas como hinchazón, calambres y fatiga. En casos más graves, pueden llevar a complicaciones como úlceras venosas o trombosis.
El tratamiento de las varices puede realizarse mediante diferentes técnicas, incluyendo cirugía láser, escleroterapia o procedimientos mínimamente invasivos. Los resultados no solo mejoran la circulación, sino que también reducen el riesgo de complicaciones graves. Son los siguientes:
- Mejora de la circulación sanguínea
- Alivio de síntomas molestos, como calambres y dolor.
- Mejora estética que puede incrementar la confianza en sí mismo.
Cirugías reconstructivas: restaurando la funcionalidad y la autoestima
Las cirugías reconstructivas son procedimientos diseñados para restaurar la función y la apariencia de partes del cuerpo dañadas por accidentes, enfermedades o defectos de nacimiento. Estas cirugías pueden variar desde la reconstrucción mamaria tras una mastectomía hasta la reparación de cicatrices o quemaduras.
Una de las cirugías reconstructivas más comunes es la cirugía plástica para corregir defectos físicos, que no solo tiene un impacto físico, sino también emocional. La restauración de la apariencia puede ayudar a los pacientes a recuperar su autoestima y mejorar su bienestar emocional.
Aportan al paciente:
- Restauración de la función y la apariencia física.
- Mejora en la autoestima y el bienestar emocional.
- Recuperación de la confianza y la independencia.
Cirugía cardíaca: mejora de la salud y longevidad
Las enfermedades cardíacas son una de las principales causas de muerte en el mundo, pero la cirugía cardíaca puede marcar una diferencia significativa en la vida de quienes la padecen. Desde procedimientos de bypass hasta la reparación o reemplazo de válvulas cardíacas, estas cirugías pueden mejorar la función cardíaca, reducir el riesgo de futuros ataques cardíacos y aumentar la esperanza de vida.

Además de mejorar la salud física, las cirugías cardíacas también pueden tener un impacto positivo en la salud mental, ya que reducen la ansiedad relacionada con el riesgo de eventos cardíacos graves. Algunos de sus efectos son:
- Mejora de la función cardíaca y reducción del riesgo de ataques al corazón.
- Aumento de la longevidad y mejora en la calidad de vida.
- Reducción de la ansiedad relacionada con problemas de salud.
Existen numerosas cirugías que pueden mejorar la calidad de vida, abarcando desde procedimientos para aliviar el dolor crónico y mejorar la movilidad hasta intervenciones estéticas y reconstructivas que restauran la autoestima y la confianza. La decisión de someterse a una cirugía depende de muchos factores, pero lo que está claro es que, en muchos casos, estas intervenciones pueden marcar una diferencia significativa en la vida de los pacientes, tanto en términos físicos como emocionales.
Es importante recordar que cualquier intervención quirúrgica debe ser discutida con un médico especialista para evaluar los beneficios y riesgos potenciales, pero para muchas personas, puede ofrecer una nueva oportunidad para disfrutar de una vida más plena y saludable. Si estás pensando someterte a alguna de estas intervenciones te invitamos a que conozcas todas las cirugías que tenemos en SaludOnNet. Es una forma de mejorar tu salud.
¿Qué cirugías son urgentes y cuáles pueden esperar?
Cuando se trata de intervenciones quirúrgicas, la clasificación de una cirugía urgente o no urgente puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Las cirugías urgentes son aquellas que no pueden retrasarse sin poner en peligro la salud o la vida del paciente, mientras que las cirugías que pueden esperar o ser programadas son aquellas que no presentan una amenaza inmediata.
Clasificación de las cirugías: urgentes vs. electivas
Antes de profundizar en ejemplos específicos de cirugías, es importante entender la clasificación general de las mismas. Según la Sociedad Americana de Anestesiología (ASA) y otros organismos médicos, las cirugías pueden clasificarse de la siguiente manera:
- Cirugías de emergencia: son las que deben realizarse de inmediato, a menudo dentro de las primeras horas después del diagnóstico, para salvar la vida o evitar daños permanentes. Estas intervenciones no pueden esperar sin un riesgo significativo.
- Cirugías urgentes: son necesarias en un plazo más largo, como en las siguientes 24 a 48 horas, pero no de inmediato. Aunque no son tan críticas como las de emergencia, retrasarlas aún puede conllevar riesgos para la salud.
- Cirugías electivas o programadas: son intervenciones que pueden postergarse sin un riesgo inminente para el paciente. Estas cirugías se realizan cuando hay disponibilidad en el calendario del hospital y del paciente.
- Cirugías necesarias: son cirugías que no son inmediatas pero que deben realizarse a medio plazo para evitar la progresión de enfermedades.
Cirugías consideradas urgentes
Las cirugías urgentes y de emergencia no son negociables; es decir, el paciente no puede esperar sin sufrir consecuencias graves. Algunos de los ejemplos más comunes son:
- Apendicitis aguda. La apendicitis es una inflamación del apéndice, que puede llegar a perforarse y provocar una infección grave en el abdomen (peritonitis). La apendicectomía, o cirugía para extraer el apéndice, es una intervención urgente. Si se detecta a tiempo, se realiza en las primeras horas desde el diagnóstico para evitar complicaciones.
- Aneurisma aórtico. Un aneurisma aórtico, especialmente si se está expandiendo o ha comenzado a romperse, es una condición extremadamente peligrosa. Un aneurisma es una dilatación anormal de la arteria que puede causar hemorragias internas masivas. Esta cirugía debe realizarse de inmediato para reparar la arteria afectada y evitar un desenlace fatal.
- Cirugías oncológicas urgentes. En algunos casos de cáncer, la cirugía es el primer paso en el tratamiento para detener la progresión de la enfermedad. Aunque no todos los cánceres requieren cirugía urgente, hay casos en los que el tumor está comprometiendo órganos vitales o creciendo rápidamente, lo que obliga a realizar una intervención inmediata. Algunos ejemplos incluyen tumores cerebrales que ejercen presión sobre áreas críticas del cerebro o cánceres que obstruyen el tracto digestivo o respiratorio.
- Fracturas severas. Fracturas que involucran grandes huesos, como el fémur, o aquellas que comprometen la circulación o los nervios son consideradas urgentes. En algunos casos, si una fractura no se trata de inmediato, puede generar complicaciones como daño permanente a los tejidos o infección.
- Cesárea de emergencia. Durante el embarazo, una cesárea puede ser programada (electiva) o convertirse en una urgencia médica si el bebé o la madre están en peligro. Condiciones como el sufrimiento fetal, hemorragias graves o un parto obstruido son razones comunes para una cesárea de emergencia.
- Trasplante de órganos. La urgencia está determinada por la condición del paciente y la disponibilidad de un órgano compatible. Pacientes en la lista de espera de trasplantes, como aquellos que necesitan un corazón, hígado o riñón, pueden ser llamados de manera urgente tan pronto como un órgano esté disponible.
- Cardiovasculares de emergencia. Intervenciones como la cirugía de bypass coronario o la reparación de válvulas cardíacas pueden ser urgentes cuando el paciente sufre un ataque al corazón, una disección aórtica o una insuficiencia cardíaca aguda. La cirugía inmediata puede prevenir un daño cardíaco irreversible o la muerte.
Cirugías que pueden esperar
Por otro lado, muchas cirugías son programables y pueden esperar sin riesgos inminentes para el paciente. Son generalmente electivas y, aunque necesarias en algunos casos, no requieren atención inmediata. Algunos ejemplos son:
- Cirugías estéticas o cosméticas. Procedimientos como liposucción, cirugía de aumento de senos, o rinoplastias son completamente electivos y, en la mayoría de los casos, no están relacionadas con la salud física del paciente. Estas cirugías pueden posponerse indefinidamente sin generar problemas de salud, lo que las convierte en las primeras en ser canceladas en situaciones de crisis como pandemias o desastres naturales.
- Hernia no complicada. Aunque las hernias pueden ser dolorosas, muchas de ellas no son consideradas urgentes a menos que haya complicaciones como el estrangulamiento de los tejidos, lo que interrumpe el flujo sanguíneo. Si no hay signos de isquemia o necrosis, una cirugía de hernia puede esperar hasta que el paciente o el hospital estén listos.
- Cataratas. Son una afección ocular que provoca una pérdida progresiva de la visión debido a la opacificación del cristalino. Aunque eventualmente la cirugía es necesaria para recuperar la visión, no es una emergencia y puede esperar hasta que el paciente esté preparado.
- Ortopédicas programadas. Muchas cirugías ortopédicas, como las de reemplazo de rodilla o cadera, son procedimientos electivos que se realizan para mejorar la calidad de vida del paciente. Sin embargo, no son urgentes y se pueden programar según la conveniencia del paciente y el hospital. Aunque estas intervenciones pueden mejorar significativamente la movilidad y reducir el dolor, su retraso no pone en peligro la vida.
- Cirugía bariátrica. Destinada a reducir el peso en pacientes obesos, es una intervención electiva. Aunque es crucial para la salud a largo plazo del paciente, puede esperar hasta que las condiciones del hospital y el paciente sean favorables para realizarla con seguridad.
- Vesícula biliar no urgente. En pacientes con cálculos biliares que no presentan complicaciones graves como inflamación o infección (colecistitis), la cirugía de vesícula biliar puede postergarse. Si el paciente experimenta solo síntomas leves o intermitentes, es posible esperar antes de someterse a la colecistectomía.
Factores que determinan la urgencia de una cirugía
La decisión de realizar una cirugía de inmediato o programarla depende de varios factores médicos y logísticos:
- Estado general del paciente. Pacientes con enfermedades crónicas o que están en estado crítico requieren cirugías más urgentes. Por ejemplo, si un paciente tiene una condición preexistente como diabetes o insuficiencia cardíaca, los médicos deben evaluar cuidadosamente el riesgo de posponer una cirugía.
- Progresión de la enfermedad. Las enfermedades que tienden a progresar rápidamente o que presentan complicaciones severas son indicativos de una cirugía urgente. Por ejemplo, un cáncer agresivo o una infección incontrolada necesitan atención inmediata.
- Disponibilidad de recursos. Durante situaciones de crisis sanitaria, como una pandemia, los recursos médicos son limitados. En estos casos, las cirugías electivas suelen ser pospuestas para liberar camas y personal médico para los pacientes más graves. Esto ocurrió de manera global durante la pandemia de COVID-19, cuando hospitales priorizaron solo las cirugías urgentes o de emergencia.
- Recomendaciones médicas. El médico cirujano es quien tiene la última palabra al evaluar la urgencia de una operación. La evaluación clínica incluye pruebas diagnósticas, análisis de imagen y el estado del paciente para tomar decisiones informadas.
Riesgos de posponer cirugías urgentes
Postergar una cirugía urgente puede conllevar graves consecuencias. Algunas posibles complicaciones incluyen:
- Progresión de la enfermedad. Cánceres o infecciones pueden empeorar y extenderse a otras partes del cuerpo
- Daño a órganos vitales. Retrasar cirugías cardíacas o abdominales puede causar daño irreversible a órganos vitales.
- Dolor crónico. En algunas cirugías ortopédicas o de hernias, el retraso puede aumentar el dolor crónico y disminuir la calidad de vida.
- Riesgo de muerte. En situaciones extremas, como aneurismas o apendicitis complicadas, el retraso puede ser fatal.
Cada caso es único y la decisión de cuándo realizar una cirugía debe estar basada en una evaluación médica cuidadosa. Si estás pensando en operarte y sabes que tu cirugía no es urgente, te recomendamos que te pongas en manos de SaludOnNet. Te olvidarás de las listas de espera y solucionarás tu problema sin preocupaciones.
¿Cuáles son las cirugías más frecuentes en España?
La cirugía es una parte esencial de la atención médica, ya que permite tratar diversas enfermedades y condiciones que no pueden ser manejadas adecuadamente mediante medicamentos o terapias no invasivas. En España, la medicina ha avanzado significativamente en las últimas décadas, y con ello, las intervenciones quirúrgicas se han vuelto más comunes y accesibles.
Tipos de cirugía en España
La clasificación de las cirugías más frecuentes puede variar según diversos criterios, incluyendo la finalidad de la operación, la técnica utilizada, o el área del cuerpo que se interviene. Vamos a hablar de los principales tipos de cirugía más comunes en España.
Cirugía General
La cirugía general es una de las especialidades más amplias y cubre una variedad de procedimientos. Entre las intervenciones quirúrgicas frecuentes se incluyen:
- Apendicectomía. La extirpación del apéndice es una de las cirugías más comunes en emergencias. Se realiza generalmente debido a una apendicitis, una inflamación del apéndice.
- Colecistectomía. La extracción de la vesícula biliar es otra cirugía común, frecuentemente realizada en pacientes con cálculos biliares.
- Cirugía de Hernia. Este procedimiento se lleva a cabo para reparar hernias, que pueden ocurrir en diferentes partes del abdomen.

Cirugía Ortopédica
La cirugía ortopédica se centra en el sistema musculoesquelético. En España, los procedimientos ortopédicos han aumentado en popularidad debido al envejecimiento de la población y a un estilo de vida más activo. Algunas de las cirugías ortopédicas más frecuentes son:
- Artroplastias de cadera y rodilla. Estas intervenciones son comunes en pacientes con artritis severa o daño articular. La cirugía de reemplazo articular puede mejorar significativamente la calidad de vida al reducir el dolor y restaurar la movilidad.
- Reparación de ligamentos. La cirugía del ligamento cruzado anterior (LCA) es común entre los atletas que sufren lesiones deportivas.
Cirugía Cardiovascular
La cirugía cardiovascular se ocupa de tratar enfermedades del corazón y los vasos sanguíneos. En España, con una alta tasa de enfermedades cardiovasculares, estas intervenciones son importantes. Algunas de las cirugías más frecuentes incluyen:
- Bypass coronario. Este procedimiento se utiliza para tratar la enfermedad coronaria. Implica la creación de un nuevo camino para el flujo sanguíneo hacia el corazón.
- Reparación o reemplazo de válvulas cardíacas. Estas cirugías se realizan en pacientes con problemas de válvulas que afectan el funcionamiento del corazón.
Cirugía Estética
La cirugía estética ha ganado popularidad en los últimos años, impulsada por una creciente preocupación por la imagen personal. En España, algunas de las cirugías estéticas más demandadas son:
- Aumento de senos. Esta intervención sigue siendo una de las más solicitadas.
- Liposucción. Este procedimiento se utiliza para eliminar depósitos de grasa en áreas específicas del cuerpo.
- Rinoplastia. La cirugía de nariz es una de las intervenciones más frecuentes en la cirugía plástica.

Cirugías Ambulatorias
Las cirugías ambulatorias se realizan con un tiempo de recuperación corto, lo que permite a los pacientes volver a casa el mismo día. En España, estas intervenciones incluyen:
- Extracciones dentales. A menudo, las muelas del juicio se extraen bajo anestesia local.
- Endoscopias. Se utilizan para diagnosticar y tratar diversas afecciones gastrointestinales.
- Procedimientos dermatológicos. Como la extirpación de lunares o lesiones cutáneas.
Tasa de cirugía en España
Según datos del Ministerio de Sanidad, el número de intervenciones quirúrgicas en España ha aumentado en los últimos años. Tal y como se desprende del Informe anual del Sistema Nacional de Salud 2023, durante el año 2022 se realizaron más de 1,2 millones de intervenciones en el sistema público y 620.000 en la sanidad privada. Este aumento se debe a varios factores, incluyendo el envejecimiento de la población, el avance de la tecnología médica, y la mejora en la capacitación de los cirujanos.
La prevalencia de cirugías en España varía según la región y el tipo de intervención. Las comunidades autónomas con mayor acceso a servicios de salud tienden a tener tasas más altas de cirugía. En general, las cirugías más frecuentes son aquellas que abordan problemas de salud prevalentes, como las enfermedades cardiovasculares, los problemas ortopédicos y las afecciones digestivas.
Las cirugías mínimamente invasivas han transformado el panorama quirúrgico en España. Estas técnicas utilizan pequeñas incisiones y suelen resultar en menos dolor, una recuperación más rápida, y menos complicaciones. Algunos ejemplos son la laparoscopia (utilizada en procedimientos como la colecistectomía y la apendicectomía) y la endoscopia (se usa para examinar y tratar problemas en el tracto digestivo sin necesidad de una cirugía abierta).
La adopción de estas técnicas ha contribuido a aumentar la aceptación de la cirugía entre los pacientes, ya que se perciben como menos invasivas y más seguras.
Recuperación de cirugía en España
La recuperación de cirugía varía según el tipo de intervención y la salud general del paciente. En general, las cirugías ambulatorias permiten una recuperación más rápida, mientras que las intervenciones más complejas, como la cirugía cardiovascular o las artroplastias, pueden requerir un tiempo de rehabilitación más largo.
Los profesionales de la salud en España hacen hincapié en la importancia de seguir las recomendaciones postoperatorias para garantizar una recuperación exitosa. Esto incluye:
- Reposo adecuado. Es esencial para permitir que el cuerpo sane.
- Rehabilitación. En el caso de cirugías ortopédicas, la fisioterapia es fundamental para recuperar la movilidad.
- Control del dolor. La gestión adecuada del dolor postoperatorio ayuda a los pacientes a recuperarse más cómodamente.
Precios de Cirugías en España
El precio de cirugías en España puede variar ampliamente dependiendo del tipo de intervención y del sistema de salud en el que se realice. En el sistema público, están cubiertas por la Seguridad Social. Sin embargo, en el sector privado, los precios pueden ser significativamente más altos.
Por ejemplo, una cirugía de reemplazo de rodilla puede costar entre 10.000 y 15.000 euros en una clínica privada mientras que, en el sistema público, el coste es absorbido por el estado.
En definitiva, la variedad de cirugías que se realizan en España refleja tanto los avances médicos como las necesidades de salud de la población. Desde intervenciones generales y ortopédicas hasta procedimientos cardiovasculares y estéticos, cada una juega un papel crucial en la mejora de la calidad de vida de los pacientes.
La Seguridad Social en España ofrece una cobertura sanitaria amplia, asegurando el acceso a cirugías esenciales para cuidar la salud de la población. Sin embargo, es importante estar al tanto de sus limitaciones y, si se requiere una intervención no cubierta, considerar opciones en el ámbito privado.
En ese caso, SaludOnNet puede ser una excelente alternativa. Colaboramos con especialistas de primer nivel, ofreciendo tratamientos y cirugías más frecuentes desde 249 euros, sin listas de espera y con descuentos de hasta un 70% respecto al precio habitual en el sector privado.
Cirugías que no cubre la Seguridad Social en España
En España, el sistema de Seguridad Social ofrece una cobertura extensa para una amplia variedad de servicios médicos y quirúrgicos. Según los datos del Ministerio de Sanidad, en 2022 se realizaron 3,5 intervenciones quirúrgicas con un tiempo medio de espera de 128 días.
Pero existen ciertas intervenciones que quedan fuera del ámbito de esta cobertura, por no considerarse esenciales desde el punto de vista médico. Estas suelen estar relacionados con fines estéticos, tratamientos no vitales o procedimientos que no afectan directamente la salud. A continuación, analizamos cuáles son algunos de estos servicios médicos fuera de la cobertura pública.
Cirugías estéticas sin indicación médica
Las operaciones estéticas son uno de los grupos más notorios dentro de los procedimientos no cubiertos. La razón es que no suelen ser intervenciones médicamente necesarias, a menos que exista una condición que afecte gravemente la salud física o psicológica del paciente. Algunas de estas cirugías estéticas no cubiertas son:
- Aumento o reducción de mamas. Estas cirugías no se cubren cuando se realizan con fines puramente estéticos. Sin embargo, la Seguridad Social sí financia la reconstrucción mamaria tras una mastectomía o en casos donde haya una malformación o desproporción significativa que pueda causar problemas físicos, como dolores de espalda.
- Liposucción. Eliminar grasa mediante liposucción con fines estéticos no está cubierto. Solo en situaciones excepcionales, como la lipodistrofia (donde la grasa se acumula de forma anormal debido a una enfermedad o medicación), se puede incluir como parte de un tratamiento médico.
- Rinoplastia. La cirugía de nariz no está cubierta si su objetivo es meramente estético. Sin embargo, si se trata de corregir un problema respiratorio, como el caso de un tabique nasal desviado, la operación puede ser cubierta por el sistema público de salud..
- Cirugía de párpados (blefaroplastia). Este procedimiento, orientado a rejuvenecer la apariencia de los ojos, no está financiado por la Seguridad Social, a menos que el exceso de piel en los párpados esté afectando la visión del paciente.
Cirugía refractiva para corrección visual
La cirugía láser para corregir problemas de visión como la miopía, hipermetropía o astigmatismo no está cubierta por el sistema público de salud. Este tipo de intervención se considera opcional, dado que existen métodos alternativos, como el uso de gafas o lentes de contacto, que permiten corregir la visión sin necesidad de cirugía.
Excepcionalmente, se podrían cubrir intervenciones en los casos en los que una persona no pueda utilizar gafas o lentillas por motivos médicos o anatómicos.
Tratamientos de fertilidad limitados por criterios
Aunque la Seguridad Social ofrece tratamientos de fertilidad, como la inseminación artificial o la fecundación in vitro, lo hace bajo unos requisitos estrictos:
- Edad límite. Las mujeres mayores de 40 años no tienen acceso a estos tratamientos en el sistema público. Esta restricción se debe a que las probabilidades de éxito disminuyen considerablemente con la edad, lo que hace que muchas parejas recurran a clínicas privadas para continuar con los tratamientos después de los 40.
- Parejas sin diagnóstico médico de infertilidad. Si no existe un diagnóstico claro de infertilidad, la Seguridad Social no cubrirá los tratamientos de reproducción asistida. Esto incluye a parejas que deciden posponer la maternidad por motivos personales y buscan tratamientos más adelante.
Odontología: implantes y ortodoncia
En España, la Seguridad Social ofrece una cobertura limitada en el ámbito de la odontología. Generalmente, la atención odontológica que cubre está enfocada en tratamientos básicos y preventivos, pero muchas intervenciones no están incluidas. Algunas de ellas son:
- Tratamientos estéticos como blanqueamiento dental, carillas dentales (fundas o coberturas estéticas de los dientes), tratamientos de ortodoncia con fines estéticos (como la colocación de brackets para mejorar la alineación dental si no hay problemas de salud graves asociados).
- Prótesis dentales removibles o fijas, así como los implantes dentales, generalmente no están cubiertos. En el sistema público solo se ofrecen extracciones dentales si es necesario. Pero no están incluidas las soluciones para reemplazar dientes perdidos, como coronas, puentes dentales o implantes. Deben ser financiadas de manera privada por el paciente, ya que se consideran parte de la odontología protésica, que no está contemplada en la cobertura básica.
- Implantes dentales. La colocación de implantes para reemplazar dientes perdidos no está incluida. Solo en situaciones especiales, como tras una cirugía por cáncer o traumatismos severos, se puede valorar el acceso a implantes financiados por el sistema público.
- Endodoncia. Es necesaria cuando una caries ha llegado al nervio del diente, causando infección o inflamación.
- Ortodoncia. No está cubierta por la Seguridad Social, salvo en algunos casos extremos y en edades muy tempranas. En adultos, cualquier tipo de tratamiento de ortodoncia debe ser pagado de forma privada.
- Limpiezas bucales profesionales. Aunque la Seguridad Social cubre tratamientos preventivos para niños, las limpiezas bucales profesionales (profilaxis) no suelen estar incluidas para adultos en la atención pública, excepto en situaciones muy específicas.
- Reconstrucciones dentales complejas. Si bien algunas intervenciones básicas, como la extracción de dientes o el tratamiento de infecciones bucales, están cubiertas, las reconstrucciones dentales complejas o los empastes estéticos suelen requerir atención privada.
Cirugías de reversión de esterilización
Procedimientos como la vasectomía o la ligadura de trompas están cubiertos por la Seguridad Social. Sin embargo, las intervenciones para revertir estos procedimientos, como la vasovasostomía (reversión de vasectomía) o la reanastomosis tubárica (reversión de ligadura de trompas), no están financiadas, ya que se consideran intervenciones opcionales.
Trasplante capilar
El tratamiento para la pérdida de cabello, como los trasplantes capilares, no está cubierto por la Seguridad Social. Estas intervenciones son catalogadas como estéticas, sin un impacto directo sobre la salud física del paciente. Aunque cada vez más personas optan por esta cirugía, los costos deben ser asumidos por el paciente a través de clínicas privadas.
Cirugía bariátrica con restricciones
Aunque la cirugía bariátrica, destinada a la pérdida de peso en personas con obesidad mórbida, está cubierta en algunos casos, existen restricciones. No todos los pacientes con sobrepeso son candidatos a esta intervención. Se prioriza a aquellos cuya salud está gravemente comprometida por la obesidad (diabetes, hipertensión, etc.), y que han agotado otras alternativas no quirúrgicas.
Razones detrás de la exclusión de cobertura
Existen varias razones por las que ciertos procedimientos quirúrgicos no están cubiertos por la seguridad social en España:
- Costos elevados. Algunos procedimientos, especialmente los estéticos y los tratamientos avanzados, pueden ser muy costosos. Dado que el presupuesto de la seguridad social debe cubrir una amplia gama de servicios esenciales, la financiación de procedimientos no urgentes o cosméticos puede no ser una prioridad.
- Naturaleza electiva. Las cirugías que se consideran electivas, como las estéticas, no están relacionadas con la salud esencial o la supervivencia. La seguridad social se centra en cubrir tratamientos que aborden condiciones médicas graves y urgentes.
- Innovación y tecnología. Los tratamientos que utilizan tecnología avanzada o técnicas emergentes pueden no estar totalmente cubiertos si no se ha demostrado suficientemente su eficacia y seguridad o si no se han integrado completamente en los protocolos estándar del sistema de salud.
- Consideraciones administrativas y de recursos. Las decisiones sobre cobertura a menudo se basan en la disponibilidad de recursos y en la necesidad de priorizar tratamientos médicos esenciales frente a opciones menos críticas. El sistema de seguridad social debe gestionar un equilibrio entre costos y necesidades de la población.
Cómo manejar el coste de cirugías no cubiertas
Para aquellos que necesitan someterse a una intervención no cubierta por la seguridad social, existen varias estrategias para manejar los costos de la cirugía privada:
- Seguros de salud privados. Contratar un seguro de salud privado puede ser una solución efectiva. Muchos seguros ofrecen cobertura adicional para procedimientos que no están incluidos en el sistema público. Es importante revisar las pólizas para asegurarse de que el procedimiento deseado esté incluido.
- Planes de financiación. Algunas clínicas y hospitales privados en España ofrecen planes de financiación o pagos a plazos para ayudar a los pacientes a gestionar los costos. Consultar con el proveedor de salud sobre estas opciones puede facilitar el acceso al tratamiento necesario.
- Ahorro personal. Reservar dinero específicamente para gastos médicos puede ser una estrategia útil. Aunque puede requerir tiempo, contar con un fondo de emergencia para procedimientos no cubiertos puede aliviar la carga financiera.
- Subvenciones y ayudas. En algunos casos, pueden existir organizaciones benéficas o fundaciones que ofrecen ayudas o subvenciones para tratamientos médicos no cubiertos por la seguridad social. Investigar y contactar con estas entidades puede proporcionar apoyo adicional.
- Comparación de costos. Los precios de los procedimientos pueden variar entre diferentes clínicas y regiones. Comparar precios y buscar opciones más asequibles sin comprometer la calidad es una estrategia efectiva para reducir gastos.
La cobertura sanitaria de la Seguridad Social en España es amplia y garantiza el acceso a las cirugías necesarias para preservar la salud de los ciudadanos. Pero es fundamental conocer sus limitaciones y, en caso de necesitar alguna de estas intervenciones, considerar alternativas en el sector privado.
Si necesitas someterte a una intervención o tratamiento que no está cubierto te animamos a que confíes en SaludOnNet. Es una alternativa a la Seguridad Social para cirugías. Trabajamos con los mejores especialistas, con precios exclusivos hasta un 70% por debajo del pvp privado, y sin esperas.
Apendicitis: qué es, causas y síntomas
¿Qué es la apendicitis?
La apendicitis es una inflamación del apéndice, un pequeño órgano en forma de tubo localizado en la parte inferior derecha del abdomen. Se desconoce para qué sirve el apéndice, ya que no tiene ninguna función conocida. Cuando se inflama, se manifiesta a través de síntomas como dolor abdominal, fiebre y pérdida de apetito, pudiendo importantes problemas de salud y requerir tratamiento médico urgente.
Esta afección es bastante común y la padecen personas de todas las edades. Aunque puede presentarse en cualquier momento, es más frecuente en la población que tiene entre 10 y 30 años, siendo habitual la apendicitis en niños. La inflamación del apéndice puede ser causada por diferentes factores, por lo que conocer qué lo ha producido y los primeros síntomas de la apendicitis es crucial para buscar ayuda médica inmediata.
Causas de la apendicitis
La causa más frecuente es una obstrucción del apéndice, lo que provoca que las bacterias presentes en el órgano se multipliquen rápidamente, desencadenando una inflamación. Algunas de las causas más comunes de esta obstrucción son:
- Acumulación de materia fecal. El depósito excesivo de materia fecal puede bloquear la abertura del apéndice, lo que lleva a la inflamación. Esta obstrucción puede ser causada por una dieta baja en fibra, lo que provoca que las heces sean duras y difíciles de pasar.
- Infecciones. Las producidas en el tracto gastrointestinal, como la gastroenteritis, pueden extenderse al apéndice, causando inflamación. Las bacterias pueden invadir el órgano y multiplicarse rápidamente, causando una inflamación. Esta infección puede ser el resultado de diversas bacterias, incluyendo Escherichia coli (E. coli), Enterobacter y Streptococcus.
- Cuerpos extraños. A veces objetos extraños, como semillas o pequeños trozos de hueso, pueden quedar atrapados en el apéndice, lo que lleva a su obstrucción. Estos cuerpos extraños actúan como un punto de partida para la proliferación bacteriana, lo que finalmente conduce a la inflamación.
- Enfermedades inflamatorias. Algunas patologías inflamatorias crónicas, como la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa, pueden aumentar el riesgo de desarrollar inflamación del apéndice. Estas condiciones provocan inflamación en el revestimiento del intestino y pueden extenderse al apéndice.
Existen factores de riesgo que pueden aumentar la probabilidad de desarrollar esta enfermedad, como la genética, la obesidad y un sistema inmunológico debilitado.
Síntomas de la apendicitis
Los síntomas de la apendicitis en adultos son iguales que las de los niños. Pueden variar de una persona a otra, pero los más comunes incluyen:
- Dolor abdominal. Reconocer dónde duele la apendicitis puede ayudar a identificar esta inflamación. El dolor generalmente comienza alrededor del ombligo y luego se desplaza hacia el lado derecho del abdomen. A medida que avanza, puede volverse más agudo e intenso.
- Náuseas y vómitos. Estos síntomas suelen aparecer después del inicio del dolor abdominal.
- Pérdida de apetito. La persona afectada puede sentirse demasiado enferma para comer.
- Fiebre. A medida que la infección progresa, puede provocar fiebre. Esta puede ser una ligera elevación de la temperatura o una fiebre alta.
- Dolor al presionar el abdomen. Al aplicar presión en el abdomen, especialmente en el área del apéndice, la persona puede sentir un dolor intenso.
- Cambios en los movimientos intestinales. Algunas personas pueden experimentar diarrea o estreñimiento como resultado de la apendicitis.
Es importante tener en cuenta que los síntomas pueden variar y no todas las personas experimentan los mismos síntomas. Además, en algunos casos, pueden ser más sutiles y difíciles de identificar, lo que puede llevar a un retraso en el diagnóstico y tratamiento.
Diagnóstico de la apendicitis
Es importante identificar a tiempo esta afección ya que, si no se trata adecuadamente, puede llevar a complicaciones graves, como la perforación del apéndice y la infección generalizada.
Existen varios métodos utilizados por los médicos para diagnosticarla. El primero es la evaluación de los síntomas. Los síntomas más frecuentes incluyen dolor abdominal en la parte inferior derecha, náuseas, vómitos y fiebre. Sin embargo, estos síntomas también pueden estar asociados con otras enfermedades, lo que dificulta el diagnóstico preciso. Por lo tanto, los médicos suelen realizar pruebas adicionales para confirmar el diagnóstico.
Una de las más utilizadas es la exploración física. El médico examina el abdomen para detectar sensibilidad y rigidez. También puede usar técnicas de palpación para evaluar la gravedad del dolor y detectar cualquier masa en el área. Sin embargo, esta prueba por sí sola no es suficiente para confirmar la apendicitis, ya que también puede haber dolor en otras partes del abdomen.
Por eso los médicos suelen solicitar pruebas de laboratorio, como análisis de sangre y orina. Estos análisis pueden mostrar signos de infección, como un aumento en el conteo de glóbulos blancos.
Una de las pruebas más comunes para confirmar la apendicitis es la ecografía abdominal. Se examina específicamente el apéndice en busca de signos de inflamación, como un aumento en su tamaño y la presencia de líquido alrededor de él. La ecografía es una prueba segura y no invasiva, que proporciona una imagen clara del apéndice, facilitando el diagnóstico.
En algunos casos, los médicos también pueden ordenar una tomografía computarizada (TC) del abdomen. La TC es una prueba más avanzada que utiliza rayos X y una computadora para producir imágenes transversales del abdomen. Puede ofrecer una visión más detallada del apéndice y ayudar a descartar otras enfermedades. Sin embargo, expone al paciente a radiación, por lo que solo se realiza si es absolutamente necesario.
Tratamiento de la apendicitis
El tratamiento se basa en la extirpación quirúrgica del apéndice inflamado, conocida como apendicectomía. Esta intervención suele realizarse de manera urgente, ya que, si se deja sin tratar, puede dar lugar a complicaciones graves, como la perforación del apéndice y la propagación de infecciones en el abdomen.
Existen dos enfoques principales para la realización de una apendicectomía: la cirugía abierta y la cirugía laparoscópica.
Cirugía abierta de apéndice
Es la técnica tradicional que implica realizar una incisión en el abdomen para acceder al apéndice inflamado y extirparlo. Aunque cada vez se utiliza menos, en algunos casos la cirugía abierta puede resultar más adecuada. Por ejemplo, si se sospecha que el apéndice está perforado o si hay complicaciones adicionales, como abscesos o infecciones extendidas, puede ser necesario realizar una apendicectomía abierta para garantizar una adecuada eliminación de la infección y un control preciso de la situación.
En esta intervención quirúrgica se calcula que el tiempo de hospitalización está entre los 3 y 5 días.
Cirugía laparoscópica de apéndice
La cirugía laparoscópica utiliza una serie de pequeñas incisiones a través de las cuales se introducen instrumentos quirúrgicos y una cámara para realizar la intervención. Según varios estudios clínicos, ofrece numerosas ventajas en comparación con la cirugía abierta. Por un lado, la recuperación postoperatoria es más rápida, ya que las incisiones son más pequeñas y requieren menos tiempo de cicatrización. Además, esta técnica suele estar asociada con menos dolor postoperatorio y menor riesgo de infección.
En términos de hospitalización, la apendicectomía laparoscópica suele requerir una estancia hospitalaria más corta que la cirugía abierta. En la mayoría de los casos, los pacientes sometidos a una apendicectomía laparoscópica pueden ser dados de alta en un plazo de 24 a 48 horas,
Una vez realizada la apendicectomía, los pacientes suelen experimentar una recuperación completa en un período de tiempo relativamente corto. Sin embargo, durante el proceso de recuperación, se recomienda evitar actividades físicas intensas y cargar pesos pesados para permitir una adecuada cicatrización de las incisiones.
Complicaciones y consecuencias de la apendicitis
Si la apendicitis no se trata rápidamente, puede tener complicaciones y consecuencias graves. Las principales son:
- Perforación del apéndice. Si la inflamación no se trata a tiempo, el apéndice puede romperse, liberando bacterias y material fecal en la cavidad abdominal. Esto puede dar lugar a peritonitis, una inflamación severa del revestimiento del abdomen.
- Absceso. Cuando el apéndice se perfora, puede formarse un absceso en la cavidad abdominal. Es una acumulación de pus que puede causar dolor intenso y requerir drenaje mediante procedimientos quirúrgicos.
- Infección generalizada (sepsis). En casos graves de apendicitis no tratada, la infección puede diseminarse a través del torrente sanguíneo, dando lugar a una condición potencialmente mortal conocida como sepsis. La sepsis es una respuesta inflamatoria sistémica del cuerpo a una infección.
- Peritonitis. La perforación del apéndice puede llevar a la peritonitis, una inflamación del peritoneo, que es el revestimiento de la cavidad abdominal. La peritonitis es una emergencia médica que requiere tratamiento inmediato.
- Obstrucción intestinal. En algunos casos, puede provocar la formación de tejido cicatricial alrededor del área inflamada, lo que puede llevar a una obstrucción intestinal.
- Formación de adherencias. Después de una cirugía para tratar la apendicitis, pueden formarse adherencias, que son bandas de tejido cicatricial que conectan órganos entre sí. Las adherencias pueden causar obstrucciones intestinales en el futuro.
Peritonitis
La peritonitis es una inflamación del peritoneo, la membrana que recubre la cavidad abdominal y los órganos internos. Los síntomas de la peritonitis incluyen:
- Dolor abdominal intenso.
- Fiebre alta.
- Distensión abdominal.
- Sensibilidad al tacto.
- Dificultad para moverse.
Causas de la peritonitis
Las principales causas son:
- Infección bacteriana o micótica. Pueden ocurrir cuando las bacterias ingresan a la cavidad abdominal a través de una perforación en el tracto gastrointestinal, como en casos de apendicitis, diverticulitis o perforación intestinal. Las infecciones micóticas también pueden desencadenar peritonitis, aunque son menos frecuentes. En pacientes inmunocomprometidos, como aquellos con VIH o en tratamiento con esteroides, los hongos pueden causar infecciones peritoneales.
- Perforación de órganos abdominales. Una perforación en el estómago, intestino delgado, colon o apéndice puede llevar a la filtración de contenido gastrointestinal y bacterias al peritoneo, desencadenando una respuesta inflamatoria.
- Complicaciones postoperatorias. Después de cirugías abdominales, especialmente aquellas que implican el tracto gastrointestinal, existe el riesgo de desarrollar peritonitis si hay una fuga de contenido intestinal hacia la cavidad abdominal.
- Pancreatitis. La pancreatitis aguda, una inflamación del páncreas puede llevar a la liberación de enzimas pancreáticas y fluidos inflamatorios en la cavidad abdominal, causando peritonitis.
- Enfermedades inflamatorias intestinales. En condiciones como la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa, la inflamación crónica del tracto gastrointestinal puede aumentar el riesgo de perforaciones intestinales y, por lo tanto, de peritonitis.
- Traumatismos abdominales. Lesiones graves, como heridas de arma blanca o de fuego, accidentes automovilísticos o caídas, pueden resultar en daño a los órganos internos y provocar peritonitis.
- Diálisis peritoneal. En algunos casos, la peritonitis puede ocurrir como complicación de la diálisis peritoneal, un método de tratamiento para la insuficiencia renal en el que se utiliza la membrana peritoneal como filtro.
Tratamiento de la peritonitis
La peritonitis es una emergencia médica que requiere atención inmediata. El tratamiento implica antibióticos para combatir la infección, así como intervenciones quirúrgicas para corregir la causa subyacente, como reparar perforaciones o drenar abscesos. En algunos casos, puede ser necesario realizar más de una operación de peritonitis para limpiar la cavidad abdominal de la infección.
Si crees que puedes tener apendicitis debes acudir a un médico lo antes posible para recibir un diagnóstico y tratamiento adecuados. No ignorar los síntomas y buscar atención médica oportuna puede marcar la diferencia entre una recuperación rápida y complicaciones graves. En SaludOnNet contamos con especialistas dispuestos a ayudarte en lo que necesites, sin esperas y a unos precios muy asequibles.
Qué es la cirugía de Whipple y en qué casos se realiza
La cirugía Whipple, conocida como duodenopancreatectomía, es un procedimiento quirúrgico complejo que involucra la extracción de la cabeza del páncreas, el duodeno, la bilis y parte del estómago. Fue descrita por primera vez por Allen Whipple en 1935 y ahora se utiliza en una gran variedad de enfermedades como el cáncer de páncreas o de vesícula biliar, entre otros.
La cirugía de Whipple es un procedimiento de alto riesgo que requiere gran experiencia de los cirujanos, así como un trabajo en equipo entre varias disciplinas clínicas. Está asociada con una amplia variedad de riesgos, ventajas y complicaciones.
En qué consiste la cirugía de Whipple
La cirugía de Whipple es una intervención multi estadio, compleja y de alto riesgo que conlleva la extracción de la parte superior de la capa externa del páncreas, el duodeno, la vesícula biliar y una sección del estómago. Además, el lóbulo delantero del hígado y los ganglios linfáticos que se encuentran cerca del lugar de la incisión pueden ser removidos para evaluar los signos de propagación del cáncer.
Es un tipo de cirugía que se utiliza para tratar el cáncer de páncreas y no para otras patologías de este órgano como la pancreatitis aguda o crónica que, aunque son molestas, no son tan graves. Consiste en remover una parte del páncreas, la cabeza, así como algunos otros órganos cercanos para detener su propagación. Aunque a menudo no puede curar la enfermedad, la intervención puede proporcionar un alivio significativo de los síntomas, mejorar la calidad de vida y alargar la supervivencia de un paciente.
La cirugía de Whipple o pancreaticoduodenectomía, se realiza bajo anestesia general y tiene una duración de entre 4 y 6 horas.
Los mismos pasos y tejidos removidos varían según la localización del cáncer y el tamaño del tumor, por lo que es frecuente que el cirujano hable con el paciente en detalle para poder determinar la extensión de la intervención.
Después de la eliminación de los tejidos, el cirujano cierra la incisión cambiando el movimiento del contenido estomacal en el intestino delgado, conocido como repliegue entero entérico, con el fin de restaurar la absorción de los alimentos.
Esta operación requiere una hospitalización prolongada para controlar los síntomas postoperatorios y permitir una recuperación adecuada.
Cómo prepararse antes de la cirugía de Whipple
La operación de Whipple ofrece numerosos beneficios, pero también conlleva algunos riesgos. Por eso se recomienda que los pacientes se preparen adecuadamente antes del procedimiento para minimizar estos riesgos.
Antes de la cirugía, el médico debe aconsejar al paciente sobre cualquier prueba o examen previos y sobre la preparación necesaria. Esto incluye exploraciones como tomografía computarizada abdominal, tomografía por emisión de positrones y pruebas de biopsia. Estos exámenes ayudarán al cirujano a comprender mejor el estado del paciente antes del procedimiento.
El paciente, por su parte, debe ser honesto con el médico, contar sus antecedentes de salud y evitar tomar alcohol.
Tipos de cirugía con los que se puede realizar este procedimiento
Existen varios tipos de cirugía de Whipple. Estos incluyen:
- Cirugía abierta. Es el método más comúnmente utilizado. Se realiza una incisión de gran tamaño en el abdomen para acceder a los órganos afectados para su extirpación. Es muy eficaz para diagnosticar y tratar una amplia gama de enfermedades.
- Cirugía laparoscópica. En lugar de una sola incisión grande, aquí se llevan a cabo varias pequeñas incisiones para permitir el acceso a los órganos afectados. Las ventajas de esta intervención incluyen una recuperación más rápida, una menor pérdida de tejidos y menos dolor.
- Cirugía robótica. Es el último enfoque. Esta técnica utiliza un brazo robótico para realizar cortes diminutos en el abdomen. Su uso permite a los cirujanos una mejor visibilidad y precisión para su mejor manejo y minimiza el sangrado en la zona de la cirugía.
El método de cirugía que se elija para la cirugía dependerá de la experiencia del cirujano, los procedimientos adicionales que sean necesarios y la condición del paciente.
En qué enfermedades o problemas se aplica o se recomienda
La cirugía de Whipple se recomienda principalmente para el tratamiento de:
- Cáncer de páncreas. Se utiliza para retirar el tumor y parte del estómago, el duodeno, el páncreas y la vesícula biliar. Se recomienda para extirpar tumores pancreáticos como tratamiento curativo.
- Cáncer de vesícula biliar.
- Tumores benignos. Se recomienda para aquellos que no pueden eliminarse de manera oral, como los quistes pancreáticos.
- Cáncer debido al abuso crónico de alcohol.
- Pancreatitis crónica.
- Cáncer de intestino delgado.
- Cáncer ampular.
También se usa como opción para reducir el tamaño de un tumor antes de la cirugía, cuando se utilizan otros tratamientos, como la radioterapia.
Riesgos y ventajas de la cirugía
La cirugía de Whipple es una intervención complicada que muchas veces implica una intervención abierta. Por eso es importante conocer los riesgos y las ventajas.
Riesgos o complicaciones de la intervención
La cirugía de Whipple se ha convertido en un tratamiento muy prometedor para diversos problemas de salud, como el cáncer de páncreas. Si bien esta cirugía ha demostrado ser una herramienta efectiva, hay que tener en cuenta sus posibles complicaciones. Algunas de ellas son:
- Infección postoperatoria.
- Lesión de los órganos (páncreas, duodeno…).
- Dolor.
- Hemorragia interna.
- Desnutrición. Resultados deficientes que provocan dificultades temporales para comer.
- Colecciones pélvicas.
- Complicaciones respiratorias.
- Reacciones alérgicas a los medicamentos o anestesia.
Los efectos secundarios más comunes de esta operación son dolor abdominal, náuseas, debilidad, diarrea y cambios en el gusto. En este sentido puede ocurrir que los pacientes necesiten medicarse para controlar los síntomas o para prevenir las infecciones. Por ejemplo, la diarrea aparece cuando después de la cirugía el páncreas no produce una cantidad suficiente de enzimas digestivas.
Asimismo, existe el riesgo de desarrollar una diabetes tras esta cirugía y de necesitar tratamiento insulínico de por vida, si el páncreas no produce una cantidad suficiente de insulina.
Beneficios de la cirugía
En la mayoría de los casos esta cirugía conlleva muchos beneficios asociados, ya que es el único tratamiento que puede aumentar la supervivencia e intentar la cura de la mayoría de estos tumores. Entre los beneficios se incluyen:
- Disminución del dolor.
- Mejora del funcionamiento del tracto digestivo.
- Prevención de la progresión del cáncer. Ayuda a evitar que el tumor se disemine por el torrente sanguíneo.
- Alivio de los síntomas.
- Mejora de la calidad de vida.
Cómo es la recuperación de esta cirugía
La recuperación de la duodenopancreatectomía puede ser difícil y extenderse durante semanas o meses, aunque lo habitual es que lleve aproximadamente de 4 a 6 semanas. Los pacientes tienen que permanecer en el hospital durante varios días después de la cirugía.
Una vez en casa debe descansar, procurar no salir y abstenerse de realizar actividades físicas moderadas durante ese tiempo.
Asimismo, en ese periodo puede experimentar dificultades digestivas, como diarrea o vómitos. Además, pueden sufrir alguna pérdida de peso, por tener las necesidades nutricionales cambiadas.
Tasa de supervivencia y afectación a la calidad de vida
La tasa de supervivencia de la duodenopancreatectomía a largo plazo es aproximadamente del 60% a 5 años. Estudios recientes han demostrado que después de esta cirugía se observa una mejora significativa en la calidad de vida, al aumentar la esperanza de vida tras Whipple. Esto incluye un mejor autocuidado, vida social y satisfacción con el tratamiento.
Qué se puede comer y qué no tras la intervención
Debido a los efectos de la técnica de Whipple, los pacientes deben evitar comer alimentos ricos en grasas y ácidos. Estos incluyen:
- Carnes rojas.
- Marisco.
- Algunos tipos de pescado.
- Frituras.
- Helados.
- Refrescos.
- Productos lácteos pasteurizados.
Los pacientes también deben evitar tomar frutos secos y algunos tipos de verduras.
Por el contrario, deben comer alimentos ricos en proteínas y fibras para ayudar con la recuperación. Estos incluyen:
- Verduras.
- Frutas.
- Granos enteros.
- Carnes blancas.
- Pescados.
Se recomienda que los pacientes coman alimentos bajos en grasas y calorías.
Cuanto esta cirugía se realiza correctamente los pacientes pueden esperar una mejoría significativa de sus síntomas, así como un aumento en la supervivencia y la calidad de vida.
Si tienes que someterte a una cirugía de Whipple lo recomendable es que te pongas en las mejores manos. En SaludOnNet tenemos cirujanos con mucha experiencia que te indicarán cuál es la mejor opción para tu caso. Ahora puedes comprar una consulta de cirugía desde 25 euros, sin esperas y con un trato personalizado.
Qué es una toracotomía: indicaciones, tipos y riesgos
¿Qué es una Toracotomía? Es una cirugía mayor en la que se realiza una incisión en el tórax para permitir el acceso a los órganos que se encuentran en la cavidad torácica. Esta operación se puede llevar a cabo para tratar afecciones que afectan los órganos dentro del tórax, como el corazón, los pulmones, el esófago y los vasos sanguíneos, entre otros. La cirugía también se usa para diagnosticar, tratar y prevenir problemas del tórax.
Indicaciones de la toracotomía
La toracotomía se realiza con anestesia general. Se abre el tórax para proporcionar mejor acceso a los órganos y tomar muestras de tejido para su respectiva biopsia. Esta intervención se usa principalmente para identificar y tratar problemas pulmonares que no pueden solucionarse con otros procedimientos no invasivos o cuando los resultados de estos son poco convincentes.
Las indicaciones más comunes de una toracotomía son:
- Resección y/o biopsia de tejido pulmonar. Son procedimientos quirúrgicos que involucran extraer una parte del tejido pulmonar.
- Cirugía resectiva para el tratamiento de tumores, como el cáncer de pulmón. Tanto la lobulectomía como la neumonectomía se realizan con mayor frecuencia para tratar el cáncer de pulmón.
- Intervenciones torácicas para los procedimientos de reemplazo de la válvula cardíaca o reemplazo de la caja torácica por dispositivos mecánicos.
- Acceso para cirugías cardiacas como cirugías del corazón abierto.
- Resección parasitaria del pulmón. Es un método para eliminar los quistes y/o larvas de parásitos que se han alojado en los pulmones.
- Acceso para la abolición de colecciones pleurales (líquidos) mediante drenaje.
- Drenaje de abscesos pulmonares.
- Reparación de hernias diafragmáticas.
- Tratamiento y/o biopsia de patologías torácicas.
- Diagnóstico de patologías traumáticas agudas del aparato respiratorio.
- Implante de marcapasos.
- Reemplazo de válvulas cardíacas.
- Algunos procedimientos de diagnóstico o tratamiento de patologías torácicas pediátricas.
También se realiza para aliviar el dolor y/o la presión en la zona del pecho. Así, una toracotomía puede ser útil para facilitar los procedimientos necesarios para, en la reparación de heridas en el tórax, debido a lesiones o condiciones médicas.
Los cirujanos torácicos son los responsables de realizar esta intervención. Estos cirujanos tienen capacitación especializada en el tratamiento de problemas y condiciones médicas relacionadas con el tórax.
Tipos de toracotomía según su extensión
Existen varios tipos de toracotomía según la situación del paciente. Cada una de estas técnicas quirúrgicas tiene sus indicaciones y aplicaciones específicas.
- Toracotomía parcial. Se realiza cuando el cirujano necesita acceder al pulmón y/o al corazón, pero está limitado por la forma del tórax. Esta técnica se suele utilizar en el tratamiento de lesiones traumáticas, infecciones, neoplasias y para colocar algunos dispositivos médicos.
- Toracotomía completa. Con ella se accede a los órganos del tórax y se pueden realizar diversos procedimientos, como una cirugía principal o la preparación para un procedimiento pequeño, como una biopsia. Se emplea frecuentemente en casos de traumatismos, neumonías graves, para la extracción de cuerpos extraños o incluso para realizar una resección pulmonar.
- Toracotomía abierta. Se utiliza cuando el acceso al tórax es limitado. En este caso, los cirujanos pueden establecer unas incisiones más grandes en el pecho (incisión vertical larga en el lado izquierdo del tórax) para tener mejor acceso y mayor visualización de los órganos internos. Esta técnica se utiliza principalmente para las neumonías, así como para la extracción de líquido y algunas lesiones tumorales. Es segura y los resultados a largo plazo son buenos.
- Toracotomía limitada. Se refiere a un tipo de incisión quirúrgica más pequeña que se puede realizar en el tórax de los pacientes en situaciones clínicas donde la cirugía abierta no es necesaria o no es recomendable. Esta técnica se emplea normalmente para extirpar tumores o lesiones localizadas, así como para realizar algunos procedimientos de biopsias.
Tipos de toracotomía según su abordaje
Se puede clasificar en función de la ubicación de la incisión, el lugar en el que se realiza la intervención. Cada tipo se lleva a cabo en una ubicación diferente, dependiendo de la cirugía que se esté realizando.
- Toracotomía anterolateral. Se realiza en el tercio medio del intercostal entre el 4to y el 6to, o entre el 5to y el 7mo espacio costal.
- Toracotomía medial. Se realiza en el hemidiafragma.
- Toracotomía posterolateral. Es un tipo de cirugía en la que se realiza una incisión en la parte posterior y lateral del tórax. Esto permite al cirujano acceder a los órganos del tórax y realizar procedimientos como la extracción de fluido pleural, la biopsia de los órganos, la extracción de tumores, la extracción de nódulos, etc. La toracotomía posterolateral puede ser parcial o completa y generalmente es abierta o limitada, dependiendo de la extensión de la manipulación quirúrgica necesaria. Se realiza a través del sexto espacio intercostal a lo largo del borde inferior de la escápula.
- Toracotomía axilar. Se realiza entre el 2do y el 4to espacio intercostal en la axila.
- Toracotomía de clavícula. Se coloca tangencialmente al sexto espacio intercostal, por la línea media, desde la línea axilar anterior hasta un tercio medio del pliegue del borde lateral de la clavícula.
- Toracotomía de columna vertebral. Se realiza en el borde anterior vertebral, desde el 5to espacio intercostal hasta los bordes laterales de las apófisis transversas. en base a qué se ha hecho esta clasificación
- Toracotomía pulmonar. Es un tipo de cirugía que se realiza para diferentes enfermedades pulmonares, como la neumonía o el enfisema. Esta cirugía incluye la remoción de partes del pulmón afectado y la reparación de la salida del aire. Puede incluir otras técnicas, como la neumonectomía, en la que se remueve todo el pulmón, o la toracoplastía, en la que se cierra la cavidad torácica abierta para sellar la herida. La toracotomía pulmonar se usa para el tratamiento quirúrgico de algunas enfermedades pulmonares, como el cáncer de pulmón, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y la tuberculosis.
Usos médicos de la toracotomía
Existen diferentes usos de la toracotomía, en función de los objetivos principales de la cirugía. Hablamos de descompresión, exploración diagnóstica, terapéutica o de drenaje.
- Descompresión. Esta técnica se usa principalmente para aliviar la presión en el interior del tórax y permitir la restauración de la circulación sanguínea adecuada. Se realiza para tratar enfermedades y afecciones cardíacas, pulmonares, vasculares y torácicas.
- Exploratoria. Se utiliza para evaluar la presencia de problemas de salud de los pulmones, el corazón y el tórax. También se usa para extraer una muestra de tejido para realizar pruebas y tratamientos complementarios.
- Terapéutica. Esta técnica se usa para el tratamiento de condiciones como cáncer de pulmón, hemotórax (acumulación de líquido en el tórax) y neumonía. La cirugía consiste en la remoción de una parte de los pulmones para tratar y curar la condición.
- Toracotomía para drenaje. Esta técnica se usa para drenar líquido acumulado dentro del tórax. El líquido se succiona mediante una sonda para ayudar a aliviar la presión dentro del tórax y restaurar el funcionamiento normal de los órganos.
Toracotomía: técnica quirúrgica
Una toracotomía es un procedimiento quirúrgico en el que se practica una incisión en el tórax para acceder a los órganos del tórax como el corazón, el pulmón o el hígado. Puede llevarse a cabo con el fin de realizar procedimientos quirúrgicos complejos, reparar lesiones o tomar biopsias. Abarca una amplia gama de procedimientos, desde cirugías menores hasta procedimientos más grandes.
La incisión se realiza generalmente en el lado izquierdo del pecho para permitir al cirujano tener acceso a los órganos internos.
- En el caso de una cirugía menor, el médico realizará una incisión corta en el tórax para extirpar un tumor pequeño o un órgano dañado.
- Para los procedimientos más complejos, el cirujano realizará una incisión significativamente más grande para extraer el órgano afectado, realizar reconstrucciones y fijaciones complejas de diversos tejidos, coser una herida grande, y así sucesivamente.
Durante la operación, también se pueden realizar procedimientos como la aplicación de stents o el posicionamiento de tubos o sondas, dependiendo de la naturaleza del problema a tratar.
La cirugía de toracotomía es un duro proceso tanto para el cirujano como para el paciente. Los cirujanos deben operar con sumo cuidado y habilidad para asegurar que el procedimiento sea exitoso. El paciente debe ser consciente de los riesgos y complicaciones que conlleva una operación de esta naturaleza, ya que cada caso es diferente y es importante seguir el buen consejo de un médico profesional.
Toracotomía: recuperación y postoperatorio
Después de una cirugía de toracotomía, el paciente permanecerá en la unidad de cuidados intensivos por un período de tiempo, dependiendo de la naturaleza de la operación practicada. Existen algunos síntomas típicos como el dolor, la fatiga, la tos, la inflamación y la falta de aliento, los cuales durarán entre semanas y meses.
El proceso de recuperación después de una toracotomía va a depender del tipo de cirugía y el estado de salud del paciente. En general, los pacientes deben esperar entre una y dos semanas antes de volver a sus actividades normales. Puede incluir:
- Descansar el área de la incisión.
- Reducir el nivel de actividad física.
- Hacer ejercicios para mantener el movimiento de la articulación torácica.
- Prevenir la infección.
La toracotomía debe realizarse con precaución, ya que puede comportar diversos riesgos para la salud. Los principales son:
Riesgos de la toracotomía
- Daño en los órganos internos, ya que el área alrededor del tórax es muy delicada y pueden surgir complicaciones durante el procedimiento quirúrgico. El cirujano debe tener precaución para evitar dañar o perforar órganos vitales como el corazón, los pulmones, el esófago y los vasos sanguíneos.
- Hemorragias.
- Infecciones, ya que el tórax suele estar lleno de bacterias. El cirujano necesita tener cuidado al manipular los órganos para evitar el desarrollo de infecciones que pueden ser graves.
- Neumonía de inmovilización después de la cirugía. El paciente está inmovilizado durante el procedimiento, lo que aumenta el riesgo de desarrollar una neumonía en los pulmones.
- Neumotórax o fuga persistente de aire al interior de la cavidad pleural.
- Asociadas con el anestésico. Si se administra de manera inadecuada o el paciente tiene problemas médicos subyacentes, esto podría contribuir a una reacción adversa al anestésico, lo que podría ser una amenaza importante para la salud.
Se recomienda que los pacientes hablen con sus médicos sobre los potenciales riesgos y beneficios de este procedimiento antes de someterse a esta cirugía. En SaludOnNet contamos con cirujanos dispuestos a ayudarte en lo que necesites, sin esperas y a precios muy competitivos. Con nosotros puedes comprar una consulta de Cirugía General desde 25 euros. Elige entre más de 4.000 clínicas y hospitales, y ahórrate las listas de espera aunque no tengas seguro médico.
¿En qué consiste la anestesia epidural?
La anestesia epidural es un tipo de anestesia local en la que se administra un sedante en el espacio epidural para generar un bloqueo del estímulo vegetativo, sensitivo y motor. Se puede colocar un catéter en la zona para ir administrando los fármacos y graduar la dosis utilizada.
Así, esta técnica, usada desde principios del siglo XX, se utiliza para diferentes procedimientos. Los principales son:
- Analgesia obstétrica en los trabajos de parto o cesárea.
- Combinada con anestesia general.
- En la cirugía abdominal infraumbilical, pélvica y de extremidades inferiores.
- En el tratamiento crónico o postoperatorio del dolor.
Tipos de anestesia local
La anestesia local, a diferencia de la anestesia general, actúa durmiendo solo una pequeña parte del cuerpo. Así pues, con la anestesia local el paciente está despierto, aunque a veces se utiliza alguna sedación. Actualmente existen diferentes tipos de anestesia local, que se usan en procesos ambulatorios por su corta duración. Las principales son:
- Local: afecta a una zona muy reducida del cuerpo.
- Superficial o tópica. Se aplica en las mucosas o la piel parta bloquear las terminaciones nerviosas de la zona.
- Infiltrativa. Se inyecta en el tejido subcutáneo y bloquea la conducción nerviosa.
- Regional: Afecta a una región concreta (brazos, piernas… etc).
- Troncular. Es una inyección próxima a los plexos nerviosos que provoca la pérdida de la sensibilidad.
- Raquídea o espinal. Inyección en el espacio subaracnoideo lumbar. Se produce un bloqueo motor, sensitivo y neurovegetativo.
- Epidural o peridural. Se inyecta en el espacio epidural de la región lumbar y se produce un bloqueo de la conducción motora y neurovegetativa.
Administración de la anestesia epidural
Para inyectar la anestesia epidural el médico posiciona al paciente de dos formas posibles.
- Decúbito lateral izquierdo. Se utiliza en mujeres embarazadas para disminuir la hipotensión por vasodilatación que se produce ante el bloqueo.
- Sedestación. Posición en la que el paciente permanece sentado. Se recomienda que pegue la cabeza al pecho y que saque la espalda, manteniendo los hombros relajados.
Los anestesistas suelen poner la anestesia epidural en la L3/L4, a nivel de las crestas ilíacas. En algunos casos pueden utilizarse niveles torácicos e incluso cervicales en algunas cirugías.
Al respecto, los anestesistas usan en la epidural un equipo de trabajo específico. Consiste en:
- Una aguja de Touhy de 18G. Es larga y hueca y curvada en su punta.
- Un catéter multiperforado.
- Una jeringa de pérdida de resistencia.
- Un filtro
- Un sistema de sujeción.
- Anestésicos locales.
A medida que se va introduciendo la aguja se hace presión con la jeringa cada medio cm hasta llegar al espacio epidural. Así pues, el médico reconoce que ha llegado al espacio epidural cuando se pierde la resistencia.
Diferentes técnicas para la anestesia epidural
Existen diferentes técnicas que se utilizan para inyectar la anestesia epidural. Las principales son:
- Pérdida de resistencia, con aire o suero fisiológico en una jeringa. Es la más utilizada y consiste en la pérdida de resistencia del émbolo de la jeringa, una vez se atraviesa el ligamento amarillo, por la presión negativa del espacio epidural.
- Técnica de gota pendiente. Consiste en dejar una gota de suero pendiendo de la aguja de Touhy e ir avanzando. Así, cuando el médico llega al espacio epidural la presión negativa de este aspira la gota hacia dentro de la aguja.
Complicaciones en la anestesia epidural
Aunque este tipo de anestesia se utiliza a menudo y con éxito, existen algunas complicaciones que pueden aparecer. Por eso, para que no ocurra nada, se utilizan algunas medidas de seguridad como la prueba de aspiración, en la que se aspiran entre 2 y 3 cc con una jeringa y se comprueba que no sale aire, sangre o líquido cefalorraquídeo. También se puede realizar una dosis de prueba o administrar de forma fraccionada el anestésico.
Las principales complicaciones son:
- Cefalea post punción. Se produce por la salida continua de líquido cefalorraquídeo que causa tracción de las meninges. Consiste en dolor de cabeza de predominio occipital que aumenta con el movimiento y mejora en decúbito supino. Asimismo desaparece en unos 5 días y se trata con antiinflamatorios no esteroides y reposo.
- Punción hemática. Consiste en la salida de sangre a través del catéter o la aguja de Touhy.
- Neumoencéfalo. Es secundario a la inyección de aire intratecal o subdural. Produce una cefalea inmediatamente posterior a la punción o cuando el paciente cambia de posición
- Inyección intravascular. Causa una toxicidad sistémica por anestésicos locales. El tratamiento de intoxicación consiste en parar inmediatamente el suministro de anestésico local, valorar la administración de una emulsión lipídica desde la aparición de los primeros síntomas, oxigenoterapia al 100% y evitar hipotensión o bradicardia.
- Bloqueo espinal total. Las causas son la inyección accidental en el espacio subaracnoideo en lugar de en el espacio epidural o una sobredosis del fármaco en el espacio intratecal. En este caso los síntomas son graves y se presentan en un breve espacio de tiempo.
- Hematoma epidural. Se manifiesta como un dolor de espalda tipo radicular.
A pesar de las posibles complicaciones las anestesias son cada vez más seguras. Por este motivo, tanto la general como la local, entre la que se encuentra la anestesia epidural, se utilizan cada día en los quirófanos para muchas cirugías.
¿Qué son los prebióticos y probióticos y en qué se diferencian?
Las personas que tienen problemas digestivos, dolor abdominal, hinchazón y gases necesitan tomar determinados suplementos para eliminar estos problemas que afectan a su calidad de vida. Para mejorar la flora intestinal y la salud hay algunos alimentos de origen natural que tienen bacterias vivas y favorecen el buen funcionamiento del organismo. Se trata de los prebióticos y los probióticos.
Microbioma para un buen funcionamiento del organismo
En el cuerpo existen muchas bacterias; unas son buenas y otras pueden causar enfermedades infecciosas. Las que benefician a la salud cuentan con unos ácidos que disminuyen el PH del intestino grueso y crear un microsistema que se llama microbioma. También se encargan de acabar con las bacterias que pueden hacer daño.
El micriobioma es el encargado de que el organismo funcione correctamente y lo hace a través de la dieta ingerida. Se puede mantener ese equilibrio de dos formas: introduciendo microbios vivos a través de los probióticos o favoreciendo que crezcan las bacterias buenas con prebióticos. Ambos son alimentos funcionales que tienen cualidades nutricionales y, tomados adecuadamente, aportan beneficios a la salud.
Beneficios de los probióticos
Los probióticos son microorganismos vivos (bacterias o levaduras) que, administrados en cantidades adecuadas, aportan beneficio en la salud fortaleciendo el sistema inmunológico. Sobreviven a la digestión y benefician la salud de quien los consume, al mejorar el equilibrio microbiano intestinal. Actúan aumentando la función de barrera y sintetizando sustancias antimicrobianas. Lactobacillus y bifidobacterium son utilizados como probióticos y ayudan a neutralizar los efectos secundarios de los antibióticos. Entre sus efectos positivos destaca:
- Aumento de la inmunoglobulina A, uno de los principales anticuerpos del organismo, creando un hábitat hostil para los posibles patógenos.
- Eliminación de los radicales libres.
- Tratamiento del estreñimiento, disminución de gases, ruidos y malestares digestivos.
- Modulación del metabolismo lipídico.
- Prevención de las infecciones intestinales y genitales.
- Mejora de la enfermedad inflamatoria intestinal (EII).
- Reducción del riesgo de cáncer de colon.
Los probióticos se encuentran en alimentos como la levadura de cerveza, los yogures, el queso, el kéfir o los productos derivados de la soja. Actualmente el uso de probióticos se considera una opción terapéutica segura.
Beneficio de los prebióticos
Los prebióticos son productos alimentarios que benefician al organismo de quien los toma. Favorecen o estimulan el crecimiento de bacterias o probióticos que se encuentran en el colon, esto es, que sirven de alimento para las bacterias beneficiosas de la flora digestiva. Sus efectos son:
- Mejoran la microbiota intestinal.
- Ayudan a una buena función intestinal.
- Disminuyen el riesgo de infecciones intestinales.
- Mejoran el curso de las enfermedades inflamatorias intestinales
- Reducen el riesgo de cáncer de colon.
- Previene el estreñimiento, aumentando la frecuencia de las deposiciones.
- Recolonizan la mucosa intestinal
Los prebióticos se encuentran en alimentos como la cebolla, el ajo, los espárragos o las alcachofas.
Si tienes problemas digestivos y necesitas más información sobre los beneficios que tiene la toma de probióticos y prebióticos acude al médico para que te informe y te asesore. En SaludOnNet contamos con especialistas dispuestos a ayudarte en lo que necesites, sin esperas y a precios muy asequibles.
Gastroenteritis: síntomas y tratamiento
La gastroenteritis es la causa de muchas consultas de atención primaria. Consiste en una inflamación de la mucosa del estómago y el intestino delgado, que puede tener varias causas. Las principales son infecciosas, algunos fármacos y toxinas químicas.
Las infecciosas pueden estar causadas por virus, bacterias y parásitos.
Dentro de los virus más frecuentes se encuentran:
- Norovirus, cuyo contacto es más frecuente en niños de edad escolar.
- Adenovírico entérico, responsable de la mayoría de los casos de gastroenteritis en niños pequeños. Es el segundo agente viral más común que causa diarrea.
- Astrovirus, asociado a brotes de diarrea también en niños.
- Rotavirus. Es la causa más importante de gastroenteritis, tanto en niños como en adultos.
En el grupo de bacterias que con mayor frecuencia causan gastroenteritis hay que mencionar la shigella, campylobacter, bacillus cereus, yersinia y escherichia coli (E.coli).
Entre los parásitos están la giardia lamblia y la entamoeba histolytica.
Síntomas y signos de la diarrea
Los síntomas más importantes de la gastroenteritis son los siguientes:
- Diarrea . Sus características dependen de la causa que lo haya producido, aunque generalmente suele ser una diarrea líquida, pastosa o semi pastosa.
- Vómitos. Pueden acompañarse de restos alimentarios o tener aspecto bilioso.
- Dolor abdominal. Puede presentarse de diversas formas, aunque lo más frecuente es que aparezca a nivel de epigastrio (boca del estómago) a ambos flancos o tener una localización difusa.
- Otros síntomas importantes serían la fiebre y el dolor de cabeza, generalmente relacionado con el aumento de la temperatura o no.
Dentro de los signos que pueden aparecer en la gastroenteritis hay que hablar de:
- Sequedad bucal, cuya intensidad está relacionada con el número de vómitos y diarreas.
- Hipotensión arterial, que puede guardar relación con la pérdida de líquidos.
- Confusión, cuya intensidad depende de la gravedad del cuadro.
- Vértigo, puede acompañar el cuadro hemético (vómitos) o aparecer de forma independiente.
- En casos extremos de deshidratación, sobre todo en niños, pueden aparecer pliegues cutáneos (al pellizcar la piel el pliegue producido dura varios segundos).
Prevención de la gastroenteritis
Lo más importante en la gastroenteritis es la prevención. Por este motivo hay que realizar un lavado de manos frecuente, tanto quien tiene la patología como las personas en contacto con ella. Asimismo es primordial cumplir con los programas de vacunación para prevenir la gastroenteritis por virus, frecuente en niños, como es el caso del Rotavirus. También se debe mejorar la calidad del agua y, en caso de ser agua no tratada, hervirla y realizar un lavado de vegetales y frutas.
Tratamiento de la gastroenteritis
Si hablamos del tratamiento de la gastroenteritis es recomendable un periodo de reposo alimenticio con aporte de electrolitos a través de sueros orales. Si no tenemos una farmacia cerca, se puede recurrir al uso de agua con bicarbonato o sal o bebidas carbonatadas, con vistas a reponer las pérdidas sufridas a través del vómito y la diarrea. El uso de antibióticos solo está indicado cuando la causa es bacteriana.
En caso de vómitos frecuentes se puede indicar antieméticos como el Primperan, que solo debe usarse por vía oral dos horas después de la ausencia de vómitos o, de lo contrario, usar la vía parenteral. En muchos casos es aconsejable el uso de probióticos para contrarrestar la prolongación de la diarrea.
En relación a la dieta, en niños lactantes se recomienda fraccionar las tomas y en los mayores de un año se debe introducir la dieta habitual pero de forma gradual.
En los adultos se aconseja, como método de elaboración de los alimentos, cocinarlos a la plancha o al vapor. Dentro de los alimentos prohibidos hay que mencionar: helados, dulces, chocolates, condimentos, productos grasos, bollería, salsas, verduras de hoja verde. En relación a las frutas no es aconsejable ingerir ni naranja ni kiwi.
¿Crees que puedes estar padeciendo de gastroenteritis?
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Qué es una intervención quirúrgica u operación
Una intervención quirúrgica es una operación que se realiza con fines diagnósticos, de tratamiento o de rehabilitación de lesiones que han sido causadas por enfermedades o accidentes. Aunque en muchas ocasiones se le denomina también cirugía, es más apropiado hablar de intervención u operación, puesto que el término cirugía hace referencia a una disciplina médica concreta que se encarga de curar a los pacientes mediante operaciones.
Cuáles son las intervenciones quirúrgicas más comunes
Son muchas son las patologías por las que una persona puede entrar en un quirófano, pero hay algunas que son más habituales que el resto. Las cirugías que con más frecuencia realizan los médicos son:
- Operación de cataratas. Se engloba en el ámbito de la oftalmología. Esta operación consiste en extracción del cristalino que se ha vuelto opaco y su sustitución por uno artificial o por una lente intraocular. En la actualidad más del 70% de las personas mayores de 70 años sufre cataratas, lo que les ocasiones la pérdida total o parcial de la visión.
- Colecistectomía. Forma parte de la cirugía general. Es una operación que consiste en la extracción de la vesícula biliar enferma, para evitar los dolores o cólicos que produce y mejorar la tolerancia a los alimentos. Asimismo también se realiza cuando la vesícula tiene alguna infección o cáncer.
- Operación de Apendicitis o Apendicectomía. También de Cirugía general.Consiste en la extracción quirúrgica del apéndice, cuando este pequeño tubo que se desprende está inflamado a consecuencia de una infección.
- Endoarteriectomía de la carótida. Se trata de una cirugía cardiovascular que busca eliminar la obstrucción de las arterias carótidas, situadas en el cuello y encargadas de trasladar sangre al cerebro. Esta patología es importante tratarla para evitar la aparición de un accidente cerebrovascular.
- Cesárea. Se engloba en el ámbito de la obstetricia. Es un parto quirúrgico que se realiza mediante una incisión realizada en la zona baja del abdomen. Se lleva a cabo cuando los médicos consideran que el más seguro para el bebé, la madre o ambos que el parto sea así, en vez de por el canal natural.
Asimismo también hay que hacer referencia a otras intervenciones habituales como la biopsia de mama, el legrado uterino , la operación de hemorroides, la histerectomía o extracción del útero, la intervención de hernia inguinal, la mastectomía o la prostactectomía o extirpación de la glándula prostática.
Cómo afrontar una intervención quirúrgica
Ante una operación las personas reaccionan de diversa manera. Hay quienes lo asumen con tranquilidad, siendo conscientes que forma parte de un proceso natural. Es normal sentir múltiples emociones, al prepararse para ponerse en manos de los cirujanos.
Pero hay veces que las emociones negativas afectan a la intervención quirúrgica. Diversos estudios indican que enfrentarse a una operación con un cuadro de ansiedad o estrés es malo para el proceso de recuperación. El estrés quirúrgico puede llevar a desarrollar tensión muscular, sudor en las manos y molestias estomacales e intestinales. En ocasiones también aparecen taquicardias.
En este sentido, es mejor prevenir y practicar ejercicios de meditación como el Mindfullness, muy eficaces en momentos de ansiedad, estrés o dolor.
Permisos laborales por intervención quirúrgica
Para conocer cuántos días de permiso corresponden por una intervención quirúrgica de un familiar hay que acudir al Estatuto de los Trabajadores. Según se indica son 2 días por accidente o enfermedad grave, hospitalización o intervención quirúrgica sin hospitalización que requiera reposo domiciliario, hasta el segundo grado de consanguineidad o afinidad. En los casos en los que se requiere desplazamiento a otra provincia el plazo se amplía a 4 días.
En este sentido es importante conocer que no es obligatorio que el permiso comience el enfermo siga ingresado. También que se cuentan los días naturales (incluyen fines de semana y festivos) y seguidos, no pudiendo partir el permiso. En cualquier caso la duración de estos permisos se puede ver mejorada por el convenio colectivo de cada trabajador. Los familiares de primer grado son padres, hijos, cónyuge, suegros, yernos y nueras. Los de segundo grado son abuelos, hermanos, nietos y cuñados.
Por otro lado cuando una persona se somete a una intervención quirúrgica no le corresponde ningún día de permiso, sino una baja laboral. Tras la operación el hospital prepara un informe con el que se debe de acudir al médico de cabecera para que tramite la baja por los días necesarios para la recuperación. Si te vas a someter a una intervención quirúrgica debes mantener la calma, afrontarla con un pensamiento positivo y pensar que te pones en buenas manos. En SaludOnNet contamos con cirujanos expertos que harán que tu experiencia en quirófano sea lo mejor posible.
Qué son las fístulas, cómo saber si tengo una, tipos y cómo se cura
Qué es una fístula
Hay lesiones que aun no siendo graves reducen la calidad de vida de las personas que las padecen. Esto ocurre en el caso de las fístulas, que necesitan ser tratadas y operadas para su desaparición.
Una fístula es una conexión anormal entre dos partes del cuerpo: un órgano o un vaso y otra estructura. Es una abertura entre dos órganos internos o entre un órgano y la superficie del cuerpo que permite un escape o filtración.
Las fístulas pueden aparecer en cualquier zona del cuerpo. Aunque existen diversos tipos, es frecuente que conecten dos partes del intestino o el intestino con otro órgano del cuerpo, como la piel, la vejiga y la vagina.
Tipos de fístulas
Las fístulas se pueden clasificar de diferentes maneras, en función de su localización anatómica o de su aparición. Según cómo sea su formación existen dos tipos de fístulas:
- Congénitas, que están presentes desde el nacimiento.
- Adquiridas. Son más más comunes y pueden estar causadas por:
- Infecciones.
- Enfermedades intestinales inflamatorias como la diverticulosis o la enfermedad de Crohn.
- Cáncer.
- Tratamientos con radiación.
- Lesiones producidas por traumatismos como heridas producidas por un arma blanca.
- Cuerpos extraños.
- Como una complicación después de una intervención quirúrgica.
- Intoxicación al ingerir lejía.
Si hablamos de clasificación de fístulas en función del lugar en el que se producen, las principales serían:
- Fístulas anales o perianales. Se forman al conectar el canal anal con la superficie de la piel que se encuentra cerca del ano. Es la más común y es frecuente que aparezca tras un absceso.
- Fístula enterovesical, que va desde el intestino a la vejiga. Se dan en raras ocasiones y afecta más a las mujeres que los hombres, porque el útero se encuentra entre la vejiga y el intestino. La más común es la colovesical, que realiza un recorrido desde el intestino grueso o colon y la vejiga.
- Fístula rectovaginal. En este caso realiza un recorrido desde el intestino a la vagina, permitiendo que el contenido del intestino se filtre a través de la fístula. Puede producirse a causa de una lesión durante el parto, por una complicación tras una intervención quirúrgica en la zona o por un tratamiento de radioterapia, entre otras causas.
- Fístula enterocutánea. Va desde el intestino hasta la piel, comunicándose con el exterior. Es frecuente que aparezcan en zonas del abdomen, a consecuencia de la cicatriz de una intervención quirúrgica.
- Fístula enteroentérica o enterocólica, que va de una parte a otra del intestino.
Cómo saber si tengo una fístula
Las fístulas presentan síntomas diferentes en función de la zona en la que se produzcan, aunque en ocasiones son asintomáticas. La forma de saber si se tiene una fístula es atendiendo a las diferentes señales como la expulsión constante de pus, sangrado, dolor abdominal, diarrea, pérdida de apetito o bajada de peso. Los principales síntomas son:
- En fístulas anales:
- Hinchazón o bulto en el ano o canal anal que aumenta al sentarse, ir al baño, toser o realizar algún movimiento.
- Secreción de pus, heces o sangre en la fistulas anales.
- En fístulas vesicales:
- Expulsión de aire, pus o heces en la orina en las fístulas vesicales.
- Repetidas infecciones urinarias y gamas de orinar constantes.
- En fístulas vaginales:
- Dolor y expulsión de aire, heces o pus por la vagina.
- Molestias durante las relaciones sexuales.
- En fístulas enterocutáneas:
- Deshidratación, diarrea, desnutrición y cambios de niveles de sodio, potasio o calcio.
- En fístulas enteroentéricas o enterocólicas:
- En función de la extensión afectada del intestino pueden ser asintomáticas.
- Diarrea, deshidratación y mala absorción de nutrientes.
Cómo curar una fístula
Para curar una fístula es importante realizar cambios en el día a día, en el estilo de vida y la alimentación. Se recomienda:
- Evitar los alimentos picantes o con un exceso de grasa para ayudar a tener un sistema digestivo más sano. Asimismo, una dieta rica en fibra y cereales favorece el tránsito intestinal.
- La ingesta de un litro y medio de agua al día, que ayuda a que los intestinos funcionen correctamente.
- Lavarse correctamente las manos después de ir al baño.
- Utilizar almohadillas para sentarse, en el caso de la fístula anal.
- Utilizar compresas absorbibles en el caso de las fístulas vaginales, para evitar que la expulsión de fluidos manche la ropa.
- Si hay dolor se recomienda tomar analgésicos y antinflamatorios no esteroideos.
- Realizar ejercicio de intensidad moderada.
Es importante acudir al médico para que realice una exploración física y un diagnóstico de la fístula. En ocasiones el especialista utiliza pruebas de imagen para descartar patologías como la enfermedad de Crohn. Algunas son la ecografía, Resonancia Magnética, TAC, citoscopía o la fistulografía. Asimismo, es probable que el médico prescriba antibióticos para evitar que se produzcan infecciones en el área afectada.
En los casos es los que las fistulas supone una pérdida importante de la calidad de vida se puede intervenir quirúrgicamente. La operación más habitual es la Fistulotomía, con buenos resultados en casi un 90% de los casos.
Hemorroides internas y externas: síntomas y tratamiento
Las hemorroides son unas dilataciones de los plexos venosos que se encuentran entre la submucosa del recto y del ano. Aunque en la mayoría de los casos son asintomáticas, cuando estos plexos se dilatan más de la cuenta pueden generar síntomas molestos que hacen que se hable de enfermedad hemorroidal. El 30% de las hemorroides requieren ser eliminadas mediante cirugía.
Existen dos plexos en el ano, uno interno y otro externo, y la dilatación puede afectar a cualquiera de ellos. En función de la localización de la hemorroide se clasifican como:
- Hemorroides internas: Son las que se encuentran en el interior del ano, no siendo visibles a simple vista. Estás cubiertas de mucosa y duelen con el roce. Es frecuente que sangren y dejan una sensación de ardor en la zona. A medida que pasa el tiempo estas hemorroides tienden a salir hacia el exterior.
- Hemorroides externas: Están fuera del ano, en la parte visible, recubiertas por una piel que impide que sangren. Corren el peligro de trombosarse, sobre todo cuando se realiza esfuerzo al defecar.
El 50% de las personas con más de 30 años tiene hemorroides. Esta afección está causada por diversos motivos. Los principales son el estreñimiento, los esfuerzos que se realizan al defecar y permanecer demasiado tiempo de pie. También es un factor de riesgo tener presión en la parte del abdomen. Es por ello que las hemorroides en el embarazo son muy frecuentes.
Principales síntomas
El 70% de las hemorroides son asintomáticas y no es necesario operarlas. Sólo se intervienen aquellas que causan molestias y complicaciones. Los principales síntomas se dan con más frecuencia en las hemorroides externas que en las internas. Son:
- Trombosis hemorroidal. Conlleva la aparición de un proceso inflamatorio que causa dolor en la zona del ano.
- Hemorragias con moco rectal.
- Limitación para la higiene después de las deposiciones.
- Picor y escozor.
El diagnóstico se realiza principalmente en consulta, mediante la historia clínica y la exploración física del paciente, a través de un tacto rectal. Si existe sangrado es frecuente que el médico solicite una analítica de sangre para descartar una posible anemia. Asimismo, y para evitar que las hemorroides se puedan confundir con otra enfermedad más grave, en ocasiones se realizan pruebas endoscópicas, como la rectoscopia o la colonoscopia.
Cómo eliminar las hemorroides
Para conseguir que las hemorroides sean asintomáticas existen remedios caseros que ayudan. Los principales son:
- Hidratarse bien..
- Llevar una dieta rica en fibra.
- Eliminar los alimentos picantes.
- Evitar pasar mucho tiempo en el baño cuando se va a defecar.
- Tomar baños de asiento varias veces a la semana.
La intervención quirúrgica es la última opción que barajan los médicos. Antes se intentan mitigar los síntomas con analgésicos y antiinflamatorios, esclerosando las venas o mediante otras técnicas como la electrocoagulación, los infrarrojos o el láser no quirúrgico. Cuando ninguna de estas alternativas funciona, porque las hemorroides están prolapsadas crónicamente, existe trombosis o provocan hemorragias exageradas, la cirugía es lo más seguro.
Se utilizan distintas técnicas para la cirugía de hemorroides. Las más usadas son la operación de resección y la de ligaduras. En la primera se extirpan las hemorroides y en la segunda se estrangulan. Ambas tienen una duración aproximada de una hora y se llevan a cabo con anestesia general o epidural. La recuperación dura unas dos semanas, llevando una dieta adecuada y evitando ponerse erguido durante los primeros días. El porcentaje de éxito es elevado, aunque en algunos casos, si la persona tiene predisposición genética, pueden volver a aparecer.
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Cuidados tras la operación de Hernia Inguinal
Una hernia inguinal es la protusión de una parte del intestino a través de una abertura en la pared abdominal en la ingle. Esta patología, que afecta a gran número de personas, puede causar un enorme malestar durante la vida diaria. Este tipo de hernia se produce como consecuencia de que una parte del intestino se ha abierto paso hacia el conducto inguinal, llegando a producir un abultamiento a nivel de la ingle o del escroto.
Es importante acudir a un especialista en cirugía general ante cualquier indicio de una posible hernia. El médico realizará de la forma más adecuada un correcto diagnóstico y ponga un tratamiento, en función de las características particulares del paciente.
Este tipo de patología puede ser de origen congénito, presente en el material genético de la persona, o adquirido durante de la vida del paciente.
Síntomas de la hernia inguinal
Las hernias inguinales producen un abultamiento visible cerca del aparato reproductor, pudiendo resultar bastante alarmante para la persona que lo sufre. La protuberancia es frecuente que aumente al estar de pie, disminuyendo en posición reclinada. Esto es debido al desplazamiento natural que realiza el intestino dentro del cuerpo humano. Es muy importante detectar a tiempo esta patología, ya que se puede producir un estrangulamiento del intestino, dando lugar a una necrosis del tejido, lo que provoca graves consecuencias para la persona.
Diagnóstico y tratamiento de la hernia
El diagnóstico debe ser efectuado por un médico cualificado, que valora el cuadro clínico a partir de la exploración física realizada y las posibles pruebas complementaria. Por lo general, las más frecuentes son las radiográficas, ya que con ellas se obtiene una adecuada información para el diagnóstico. Asimismo, los procedimientos radiológicos más utilizados son las ecografías e incluso los TAC, pudiendo resultar unas excelentes pruebas complementarias a la hora de abordar esta patología.
También es posible que el médico solicite al paciente que se ponga de pie y tosa, ya que esta acción permite hacer más visible la presencia de la hernia.
Cuando la hernia inguinal causa sintomatología debe ser tratada de forma quirúrgica. En este sentido, aquellos pacientes que no presenten sintomatología no tienen que operarse. Sin embargo, deberán llevar una vigilancia periódica con el objetivo de detectar cualquier tipo de cambio que se haya producido en el bulto.
Cuando la hernia se encuentra sin flujo sanguíneo es necesario realizar una operación quirúrgica de emergencia, en la que se procede a la liberación del tramo que se encontraba colapsado. Es por todo ello que se aconseja revisar la zona inguinal tanto en hombre como mujeres, pudiendo detectar de forma temprana cualquier abultamiento en el área.
Recomendaciones tras la operación
Existen algunas medidas que el paciente debe tomar, tras haberse sometido a una intervención quirúrgica de hernia inguinal. A continuación se enumeran las más importantes:
- Cuidar la alimentación los primeros días. Los primeros días tras la intervención se aconseja por parte de los especialistas realizar una dieta blanda, en la que se incluya pescado blanco, sopas, arroz hervido o purés, evitando la ingesta de bebidas como el café o el té.
- Tomar la medicación acordada. Es frecuente que el médico prescriba una serie de calmantes para el control del dolor, siendo recomendable tomarlos en las horas prescritas y no solo cuando aparezca el dolor.
- Curar la herida. En estos casos lo más recomendable es utilizar algún tipo de desinfectante como la povidona yodada y volver a cubrir con una gasa estéril.
- Realizar una actividad física moderada. Es bueno que la persona debe comenzar a caminar desde el primer momento, no siendo aconsejable durante las primeras semanas realizar ejercicio físico intenso, ya que puede influir de manera notoria en la normal curación de la herida.
En el caso de que tu médico te haya recomendado una intervención de hernia inguinal, en SaludOnNet contamos con especialistas que te brindarán una atención personalizada, sin lista de esperas, y tengas o no tengas seguro medico.
Si por el contrario, ya te has operado de hernia inguinal, quizá necesites acudir al especialista en cirugía general para que realice un seguimiento del postoperatorio o para resolver cualquier duda que puedas tener.
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