¿Por qué hay personas frioleras y otras calurosas?

  • La sensación al frío y al calor de una persona está determinada por lo que se conoce como sensibilidad termorreguladora.
  • Las personas deben aceptar la versatilidad de su metabolismo térmico y actuar en consecuencia.
sudor

Siempre ha habido personas con mayor o menor sensibilidad al frío o al calor. Es frecuente ver cómo, en ocasiones, en un mismo grupo de personas hay alguien que se abriga mientras los demás llevan ropa más ligera. Incluso en el interior de una misma casa siempre está el que lleva pijama y bata y el que va con camisetas ligeras o pantalones cortos, sin importar la temperatura. La pregunta es clara: ¿por qué hay personas frioleras y otras calurosas?

Según la opinión de muchos especialistas, este particular fenómeno está directamente relacionado con la sensibilidad de los receptores térmicos en la piel. Estos están formados por impulsos y señales nerviosas desde la piel al sistema nervioso central. Pero mucho antes de que se conociera la relación entre los receptores térmicos y la temperatura percibida, los ancestros del ser humano tenían un gran sentido de la calidez y el frío en el medio ambiente.

Hipersensibilidad al frío o al calor

Actualmente, la medicina moderna puede explicar esta relación entre el metabolismo y la percepción del calor y frío. El ser humano es de los únicos organismos capaces de medir la temperatura de su entorno y reaccionar según la misma. Por un lado, están los que se encuentran más cómodos en un ambiente frío, mientras que por otra parte están las personas que se sienten bien con una temperatura ligeramente más alta.

Esta discrepancia entre la percepción de la temperatura se le conoce como hipersensibilidad al frío o al calor. Es una condición fisiológica, referida a la excesiva respuesta a estímulos que el cerebro interpreta como fríos o cálidos. En el caso específico de los seres humanos, este tipo de hipersensibilidad suele ser una característica universal, y no algo determinado por circunstancias como el género, la edad o el estado físico actual.

Sensibilidad termorreguladora

¿Qué factores pueden influir en la sensibilidad al frío y al calor? Actualmente, se acepta que la sensación al frío y al calor de una persona está determinada por lo que se conoce como sensibilidad termorreguladora. Se trata de una serie de mecanismos internos que se encargan de varias funciones:

  • Ayudan a regular el metabolismo.
  • Refrescan el cuerpo cuando se sobrecalienta.
  • Calientan el cuerpo cuando la temperatura externa desciende demasiado.

Este mecanismo se determina en gran parte por la cantidad de tejido graso que la persona tiene, puesto que tener un peso bajo hace que se pierda más calor.

Otros factores fisiológicos de por qué hay personas frioleras y otras calurosas están relacionados con la sensibilidad térmica. Por ejemplo, estudios recientes han revelado que la sensibilidad al frío y al calor puede ser determinada por una función llamada termogénesis, donde los vasos sanguíneos se contraen para aumentar la temperatura en el cuerpo humano cuando esta desciende. La única forma en que este mecanismo se puede lograr es mediante la transpiración.

Importancia de los hábitos alimentarios en personas frioleras y otras calurosas

En lo que respecta a los hábitos alimenticios, también existen diferencias entre las personas que suelen ser más frioleras y las que suelen ser más calurosas. Comer alimentos ricos en azúcares y grasas como la mantequilla, la margarina y el chocolate, ayudan a crear una capa aislante en la piel para retener el calor y así aumentar la sensibilidad al frío.

Por otra parte, comer alimentos ricos en fibra, proteínas, alimentos integrales y calorías saludables, como las nueces, los huevos y el pollo, ayudan a reequilibrar las temperaturas corporales para que el cuerpo se sienta cómodo en entornos con más calor.

Cuestión de género

Otra explicación para entender por qué hay personas frioleras y otras calurosas es el género. Diversas investigaciones han descrito que las mujeres suelen sentir el frío y el calor de forma más intensa que los hombres, así como también suelen tener un mayor porcentaje de grasa corporal, lo cual ayuda a un mejor aislamiento térmico.

Los hombres suelen tener los músculos más grandes que las mujeres, lo cual ayuda a almacenar más calor y permitir un mejor control sobre la temperatura.

Personas frioleras

¿Qué es exactamente lo que hace que algunas personas sean más propensas al frío que otras? La sensibilidad de la temperatura de una persona depende de una combinación de factores, incluyendo la edad, el sexo, la herencia y el estilo de vida.

H3: Factores de riesgo

En primer lugar, la edad es un factor significativo en la sensibilidad al frío. Con el paso de los años, el cuerpo pierde parte de su capacidad para regular su temperatura interna. Esta pérdida de la habilidad significa que la gente mayor tiende a sentir más frío que los jóvenes, especialmente cuando está al aire libre o durante los días fríos y ventosos.

El sexo también puede afectar significativamente la sensibilidad al frío. Como hemos dicho, la mayoría de los estudios indican que las mujeres son más sensibles al frío que los hombres. También son más frecuentes los escalofríos en las mujeres.

La herencia también puede tener relación, ya que influye en la temperatura interna del cuerpo. Además, la capacidad de una persona de producir y acumular grasa depende en gran medida de la genética. La grasa corporal ayuda a aislar el cuerpo del frío externo, lo que significa que una persona con una cantidad más baja de grasa corporal sentirá frío más rápido que una persona con una más alta.  

Por último, el estilo de vida también puede afectar la sensibilidad al frío. Quienes llevan un estilo de vida sedentario tienden a tener más grasa corporal que aquellos que llevan un estilo de vida activo. Esto significa que las personas con una vida sedentaria tendrán menos sensibilidad al frío que aquellas con un estilo de vida activo.

Medidas para controlar el frío

Aunque no siempre es posible controlar la sensibilidad a la temperatura de una persona, hay algunas medidas que pueden tomarse para disminuir la sensación y evitar los efectos negativos del frío. Algunas son:

  • Usar prendas de abrigo ajustadas. La ropa de abrigo adecuada permite que el aire caliente se mantenga cerca de la piel y retenga el calor.
  • Utilizar ropa transpirable. Para permitir que el calor del cuerpo se escape y esto ayude a regular la temperatura de la piel.
  • Realizar ejercicio. Ayuda a regular la temperatura corporal y a disminuir la sensación de frío, al hacer circular el flujo sanguíneo.
  • Consumir suficiente calcio y magnesio. Estos minerales son importantes para regular la temperatura corporal y evitar la sensación de frío. Su déficit puede desencadenar hipotermia.
  • Beber mucha agua. Estar hidratado puede permitir que la temperatura corporal aumente con rapidez, especialmente si la bebida está caliente.
  • Tomar complementos alimenticios. Pueden ayudar a regular la temperatura de la piel, así como disminuir los niveles de colesterol y mejorar el sistema inmune.
  • Exposición a la luz solar. Los rayos ultravioletas pueden ayudar a calentar el cuerpo y, por lo tanto, a disminuir la sensación de frío.

Personas calurosas

El cuerpo conserva el calor a través del aislamiento, lo que significa que actúa como una barrera para prevenir la pérdida de energía. El rango normal de temperatura corporal de un adulto se extiende de 36,1 °C a 37,2 °. Además de los factores naturales, también hay otros factores que pueden afectar a la sensación de calor.

Factores de riesgo

Estos factores incluyen el estrés, el sudor, la vestimenta, el tipo de piel, los alimentos consumidos e incluso la edad. También hay algunas condiciones médicas, como la hipertensión y las afecciones del sistema cardiovascular, que pueden aumentar la temperatura corporal.

Los estudios muestran que algunas personas tienen una mayor sensibilidad al calor debido a diferencias genéticas en sus cuerpos. Pueden incluir propiedades de la piel, como la cantidad de glándulas sudoríparas, los niveles de lípidos en la piel y la cantidad de sudor producido. Como resultado, hay quien tiene mayor susceptibilidad a los aumentos de temperatura, lo que les hace sentir más calor que otros.

El entorno también puede afectar la sensibilidad al calor de una persona, así como los niveles de humedad. Cuando una persona está expuesta a un ambiente caluroso, sus glándulas sudoríparas comienzan a funcionar para ayudar a regular la temperatura corporal. El sudor se evapora para desacelerar la producción de calor, pero algunas personas generan más sudor que otras. Esto produce un nivel de humedad en la piel que puede abrumar al cuerpo con más calor.

Esta sensación desagradable, conocida como calor sofocante, a menudo es la principal causa de la deshidratación. Si la deshidratación avanza, puede provocar cansancio, somnolencia, dolores de cabeza y otros signos relacionados con el calor.

Medidas para controlar el calor

Si se sabe que una persona es propensa a tener calor, hay algunos pasos simples que se pueden realizar para controlar la temperatura corporal. Estos incluyen:

  • Beber abundantes líquidos. Beber agua regularmente es vital para ayudar a prevenir la deshidratación y los golpes de calor. De esta forma, el cuerpo tiene la suficiente cantidad de líquido para mantener un nivel adecuado en la temperatura corporal.
  • Usar ropa transpirable y liviana para reducir la humedad en la piel.
  • Evitar el exceso de ejercicio, puesto que el sudor no ayuda a regular la temperatura.
  • Tomar alimentos con alto contenido en agua. Es importante evitar comidas con mucha grasa, azúcar o café, ya que pueden aumentar la temperatura del cuerpo.
  • Mantener una casa bien ventilada. Usar correctamente el aire acondicionado, o mantener una buena ventilación, con puertas y ventanas abiertas para que el aire fresco circule.
  • Usar un ventilador. Son una fuente adicional de refrigeración que puede ayudar a mitigar el efecto del calor.

En resumen, existen diferentes explicaciones para determinar por qué hay personas frioleras y otras calurosas. Van desde factores genéticos hasta variables psicológicas como los hábitos alimenticios y las diferencias entre hombres y mujeres.

Por este motivo, las personas deben aceptar la versatilidad de su metabolismo térmico y actuar en consecuencia, procurando los cuidados y los alimentos adecuados de acuerdo con sus necesidades. Además de esto, sería importante buscar consejo médico si la excesiva sensibilidad al frío o al calor continúa representando molestia o un obstáculo importante. En SaludOnNet contamos con especialistas dispuestos a ayudarte, si es tu caso. Puedes comprar una consulta con un médico general desde 15€, sin esperas y con todas las comodidades.

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