Fracturas de huesos en niños

fractura de hueso

Los niños deben jugar, saltar, divertirse y reír. Es importante que lo hagan y está comprobado que les ayuda a crecer más sanos física y mentalmente. No obstante, hay veces que los juegos no están exentos de peligro y pueden conllevar caídas que causan fracturas en los huesos de los pequeños. De hecho, se sabe que son la cuarta causa de lesiones en los menores de 6 años.

 ¿Cómo tratar una fractura?

Cuando esto ocurre, lo primero que hay que hacer es llevar al niño al médico para que lo examine y mande una radiografía para comprobar el estado de los huesos y determinar la extensión del daño. Tras un fuerte golpe es probable que un adulto no sea capaz de reconocer si el pequeño se ha roto algún hueso, sobre todo si el niño no sabe expresar aun lo que siente. Por eso es importante fijarse en las señales que aparecen, como la inflamación de la zona o el dolor al mover la superficie dañada. No obstante, hay veces en las que se puede mover el hueso afectado, y no por ello hay que descartar una fractura.

La evolución de un hueso roto de un niño no tiene nada que ver con la de un adulto. Son más flexibles y absorben mejor los golpes. Cada fractura tiene un tratamiento diferente, pero en la mayoría de los casos, con inmovilizar la extremidad es suficiente, puesto que sueldan mucho antes que las personas con más edad. Las roturas leves se solucionan con una férula o escayola durante un periodo de tres o cuatro semanas. De esa forma se consigue que el hueso suelde mejor. Las fracturas más graves, en las que el especialista debe manipular los huesos y alinearlos, siempre y cuando no hayan atravesado la piel, requieren una inmovilización más larga.

¿Qué huesos se rompen con más frecuencia?

Las fracturas más frecuentes se suelen dar en:

  • Cúbito y radio. Se producen sobre todo en el caso de caídas sobre las manos. Son las más comunes, alcanzando casi el 50% del total de fracturas.
  • Tobillo y tibia. Ocurren a consecuencia de una caída o práctica de deporte.
  • Húmero. Se da en recién nacidos, a causa de un parto complicado, o cuando son más mayores por un fuerte impacto en la zona.
  • Clavícula. Igualmente es una fractura que puede producirse durante el parto o por un traumatismo considerable.

La fractura más frecuente en niños es la que se denomina en tallo verde. En este caso la rotura se extiende en una porción del hueso haciendo que se doble en el otro lado; es decir, un lado se rompe y el otro se curva, como ocurre cuando intentamos partir una rama verde. También hay otros tipos, entre los que se encuentran las fracturas De Torus, del cartílago de crecimiento, metafisaria, de Galeazzi o de Monteggia, en función de cómo sea la lesión.

Los huesos de los niños están en crecimiento constante y una rotura puede implicar un daño en las placas epifisiarias o de crecimiento en los extremos de los huesos. Es importante que esta zona se cure correctamente para que no afecte al desarrollo futuro.

Si su hijo tiene un percance y piensa que puede haberse roto un hueso inmovilice la zona y llévele cuanto antes al pediatra. Este especialista sopesará la opción de derivarlo al traumatólogo, en el caso de que haga falta. En SaludOnNet estamos preparados para ayudarle en estos casos, así que dude en pedir cita a través nuestro portal.

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