Prueba de esfuerzo: cómo se realiza y cuándo está indicada

  • Cuando existen alteraciones pueden aparecer signos anormales como dolor torácico, fatiga prematura o alteraciones eléctricas.
  • Durante la ergometría, es normal experimentar aumento de la respiración, sudoración y cierta fatiga muscular
persona haciendo una prueba de esfuerzo

La prueba de esfuerzo, también conocida como ergometría cardiaca, es uno de los estudios más utilizados para evaluar la salud del corazón. Se trata de una herramienta diagnóstica fundamental que permite conocer cómo responde el sistema cardiovascular ante el ejercicio físico controlado. Lejos de ser una prueba reservada solo para deportistas, hoy forma parte de los chequeos médicos habituales en personas con factores de riesgo o síntomas sospechosos de enfermedad coronaria.

Qué es una prueba de esfuerzo o ergometría cardiaca

La ergometría cardiaca consiste en registrar la actividad eléctrica del corazón mientras el paciente realiza ejercicio, normalmente caminando en una cinta rodante o pedaleando en una bicicleta estática. Durante el esfuerzo, el médico monitoriza cómo cambian la frecuencia cardiaca, la presión arterial y el electrocardiograma (ECG) a medida que aumenta la intensidad del ejercicio.

En condiciones normales, el corazón responde al esfuerzo incrementando el ritmo y el gasto cardíaco. Cuando existen alteraciones en las arterias coronarias o en el flujo sanguíneo, pueden aparecer signos anormales como dolor torácico, fatiga prematura o alteraciones eléctricas en el ECG. De ahí su enorme valor diagnóstico.

La ergometría no solo se utiliza para detectar cardiopatía isquémica, sino también para evaluar la capacidad física del paciente, controlar tratamientos cardiovasculares, determinar el pronóstico tras un infarto y ajustar programas de rehabilitación cardiaca.

Cómo se realiza una prueba de esfuerzo

Antes de iniciar la prueba, el cardiólogo revisa la historia clínica y realiza una exploración física para asegurarse de que no hay contraindicaciones. Luego se colocan varios electrodos en el pecho para registrar el electrocardiograma continuo y un manguito en el brazo para controlar la presión arterial durante el ejercicio.

El paciente empieza caminando lentamente sobre la cinta o pedaleando a baja intensidad. A intervalos regulares —normalmente cada tres minutos— se incrementa la velocidad y la pendiente o la resistencia, siguiendo protocolos estandarizados como el Bruce o el Balke, hasta alcanzar una frecuencia cardíaca determinada o hasta que aparezcan síntomas que aconsejen detener la prueba.

Durante todo el proceso, el equipo médico supervisa al paciente y analiza en tiempo real los cambios eléctricos del corazón, la presión arterial y la tolerancia al ejercicio. Si el paciente presenta dolor torácico, mareo, fatiga extrema o alteraciones en el ECG, la prueba se interrumpe de inmediato.

Tras finalizar, se continúa monitorizando al paciente durante unos minutos en reposo para comprobar la recuperación del ritmo cardíaco y descartar complicaciones.

Cuánto dura una prueba de esfuerzo

Una de las preguntas más frecuentes es cuánto dura una prueba de esfuerzo. En total, el procedimiento suele extenderse entre 15 y 30 minutos, aunque el tiempo efectivo de ejercicio es de unos 6 a 12 minutos, dependiendo de la condición física del paciente y del protocolo utilizado.

En personas entrenadas, la duración puede ser algo mayor, mientras que en quienes tienen baja capacidad física o presentan síntomas, se detiene antes. No se trata de competir, sino de llevar al corazón a un punto de esfuerzo seguro que permita obtener la información necesaria.

La recuperación posterior se evalúa durante al menos cinco minutos. La rapidez con la que la frecuencia cardiaca desciende tras detener el ejercicio también es un marcador de salud cardiovascular.

Cómo es una prueba de esfuerzo cardiovascular: lo que el paciente siente

Durante la ergometría, es normal experimentar aumento de la respiración, sudoración y cierta fatiga muscular. También puede sentirse palpitaciones o calor, especialmente en las últimas fases del esfuerzo. Sin embargo, la prueba es completamente segura cuando está indicada y supervisada por un equipo médico especializado.

Los centros que realizan este tipo de pruebas cuentan con equipos de reanimación y personal de cardiología preparado para actuar ante cualquier eventualidad, aunque las complicaciones son extremadamente raras.

Si se desea conocer más sobre cómo prepararse previamente —ropa adecuada, alimentación o medicamentos—, en el blog de SaludOnNet se puede leer el artículo “Cómo prepararte para una prueba de esfuerzo”, con recomendaciones prácticas para llegar en las mejores condiciones.

Cuándo se recomienda una ergometría cardiaca

La prueba de esfuerzo se solicita en diversas circunstancias clínicas:

  • Dolor torácico o disnea de esfuerzo. Permite diferenciar si el origen es cardíaco o no.
  • Sospecha de enfermedad coronaria. Es clave para detectar angina de pecho o isquemia miocárdica.
  • Evaluación tras un infarto o cirugía coronaria. Determina la capacidad funcional y el pronóstico.
  • Control del tratamiento antianginoso o antihipertensivo. Ayuda a valorar si la medicación está funcionando.
  • Valoración previa al inicio de un programa de ejercicio físico o rehabilitación cardiaca.
  • Pacientes asintomáticos con factores de riesgo, como hipertensión, diabetes, tabaquismo u obesidad, especialmente si van a comenzar actividad física intensa.

En el caso de deportistas o personas que desean conocer su nivel de resistencia, esta prueba también permite establecer la frecuencia cardíaca máxima segura y optimizar entrenamientos, como se explica en el artículo “Resistencia del corazón ante el esfuerzo físico”.

Interpretación de resultados

Los resultados de una prueba de esfuerzo se valoran en función de varios parámetros: la frecuencia cardíaca alcanzada, la presión arterial, la aparición de síntomas y, sobre todo, las modificaciones en el electrocardiograma.

Un resultado normal muestra una respuesta adecuada del corazón al ejercicio, sin alteraciones en el trazado eléctrico. Si aparecen descensos del segmento ST en el ECG o síntomas compatibles con angina, puede indicar obstrucción de las arterias coronarias.

El médico también analiza el consumo de oxígeno y la capacidad funcional, expresada en METs (equivalentes metabólicos). Alcanzar más de 10 METs suele asociarse con un excelente pronóstico cardiovascular.

Cuando el resultado es dudoso o la persona no logra realizar suficiente esfuerzo físico, puede recurrirse a una prueba de esfuerzo farmacológica, en la que se administran medicamentos que simulan el efecto del ejercicio sobre el corazón.

Contraindicaciones y seguridad

Aunque es una prueba muy segura, existen situaciones en las que no debe realizarse: infarto reciente, arritmias inestables, insuficiencia cardiaca descompensada, hipertensión severa o valvulopatías graves. En esos casos se opta por otras pruebas de imagen o estudios más controlados.

En la mayoría de los pacientes, la ergometría no presenta riesgos importantes. La tasa de complicaciones graves es inferior a 1 por cada 10.000 estudios, lo que demuestra su fiabilidad y seguridad.

Precio de la prueba de esfuerzo y dónde hacerla en España

El precio de una prueba de esfuerzo puede variar en función del centro médico y la tecnología utilizada. En clínicas privadas, el coste suele situarse entre 80 y 180 euros, aunque en hospitales públicos está cubierta por el sistema sanitario cuando existe indicación médica.

En SaludOnNet, esta prueba puede reservarse online con cardiólogos acreditados, sin esperas y con resultados rápidos, dentro de un entorno seguro y profesional. Además, la plataforma permite comparar precios y elegir el centro más cercano, lo que facilita el acceso a una evaluación cardiológica completa.

Más allá del diagnóstico: una herramienta para cuidar el corazón

La ergometría no solo detecta problemas, sino que permite anticiparse a ellos. Conocer la capacidad del corazón frente al esfuerzo ayuda a diseñar rutinas de ejercicio seguras, evitar complicaciones y mejorar la calidad de vida.

Adoptar un estilo de vida saludable, realizar actividad física regular y controlar los factores de riesgo sigue siendo la mejor manera de mantener un corazón fuerte. Y si aparecen síntomas o dudas sobre la capacidad cardiovascular, esta prueba puede ser la clave para detectarlo a tiempo.

Realizar una prueba de esfuerzo en SaludOnNet es sencillo, rápido y seguro. Los cardiólogos que colaboran con la plataforma ofrecen atención personalizada y resultados claros para que cada persona conozca realmente cómo responde su corazón ante el esfuerzo.

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