Conjuntivitis membranosa: qué es y cuánto dura

  • Infecciones bacterianas o virales, reacciones alérgicas o enfermedades autoinmunes son algunas de la causas.
  • La prevención implica evitar la exposición a alérgenos, mantener una buena higiene ocular y proteger los ojos.
conjuntivitis membranosa

La conjuntivitis membranosa es una variante específica de la conjuntivitis que consiste en una inflamación de la membrana transparente que recubre la superficie del ojo y el interior de los párpados. 

Aunque es menos común que otras formas de conjuntivitis, no es una condición rara. Su incidencia varía, siendo más frecuente en entornos donde hay mayor exposición a agentes infecciosos o irritantes. Una forma rara de conjuntivitis membranosa es la conjuntivitis leñosa. Generalmente es bilateral y de repetición y, aunque se da a cualquier edad, es más frecuente en la infancia. 

¿Qué es la conjuntivitis membranosa?

La conjuntivitis membranosa es una forma especializada de conjuntivitis en la que se desarrollan membranas en la conjuntiva, la capa delgada que cubre la parte blanca del ojo y el interior de los párpados. Se forman debido a la acumulación de exudado fibrinoso y células inflamatorias en la superficie de la conjuntiva y pueden ser visibles durante la evaluación clínica del ojo.

Estas membranas pueden causar molestias y afectar la visión si no se tratan adecuadamente.

Causas de la conjuntivitis membranosa y formación en el párpado

Las principales causas de la conjuntivitis membranosa son: 

  1. Infecciones bacterianas o virales. Bacterias como el Staphylococcus aureus y virus como el Adenovirus pueden desencadenar una respuesta inflamatoria en la conjuntiva, llevando a la formación de membranas.
  2. Reacciones alérgicas. La exposición a alérgenos o sustancias irritantes puede desencadenar la conjuntivitis membranosa en personas sensibles. La liberación de histaminas y otras sustancias químicas inflamatorias contribuye a la formación de membranas.
  3. Factores ambientales. Condiciones ambientales extremas, como la exposición a fuertes vientos, polvo o contaminantes, pueden irritar la conjuntiva y predisponer a la formación de membranas.
  4. Síndrome del ojo seco severo. Se produce debido a la falta de lubricación adecuada en la superficie ocular.
  5. Enfermedades Autoinmunes. Algunas patologías autoinmunes, como la artritis reumatoide, pueden afectar la conjuntiva y desencadenar la formación de membranas.

Síntomas de la conjuntivitis membranosa

Los principales síntomas son: 

  • Sensación de cuerpo extraño. Puede deberse a la presencia de las membranas en la conjuntiva, que generan molestias al parpadear.
  • Enrojecimiento ocular. A menudo se manifiesta con enrojecimiento en la parte blanca del ojo, resultado de la inflamación de la conjuntiva. Puede ser más evidente alrededor de las áreas donde se forman las membranas.
  • Secreciones oculares. Pueden variar en consistencia y contribuyen a la sensación de pegajosidad, afectando la visión.
  • Lagrimeo excesivo. Las lágrimas pueden aumentar en respuesta a la irritación causada por las membranas y las secreciones oculares.
  • Visión borrosa. La presencia de membranas y las alteraciones en la superficie ocular pueden causar visión borrosa. Este síntoma puede variar en intensidad y generalmente se alivia con el tratamiento adecuado.

Otros síntomas adicionales, dependiendo de la causa subyacente son: 

  • Picazón y ardor. Se producen en casos de conjuntivitis alérgica. 
  • Dolor ocular. Puede variar desde una molestia leve hasta un dolor agudo.
  • Fotofobia o sensibilidad a la luz, puede estar presente especialmente cuando hay inflamación significativa.

Si se experimentan estos síntomas de manera persistente, es fundamental buscar la atención de un oftalmólogo. Un diagnóstico y tratamiento oportuno puede aliviar los síntomas y prevenir complicaciones de la conjuntivitis membranosa a largo plazo.

Diagnóstico

La conjuntivitis membranosa requiere un diagnóstico preciso para un tratamiento efectivo. Comienza con un examen clínico detallado realizado por un oftalmólogo o profesional de la salud ocular, que implica:

  • Historial médico. Obtener información detallada sobre los síntomas, la duración de la afección, factores desencadenantes y cualquier historial médico previo es crucial para orientar el diagnóstico.
  • Examen visual. Incluye la inspección de la conjuntiva, los párpados, la córnea y otras estructuras oculares para detectar signos específicos de conjuntivitis membranosa.
  • Pruebas específicas.
    • Cultivo y análisis de secreciones oculares. En casos de sospecha de infección bacteriana, se puede realizar un cultivo de las secreciones oculares para identificar la bacteria responsable y guiar el tratamiento.
    • Tinciones especiales. El uso de tinciones o colorantes especiales, como la tinción con rosa de Bengala, puede ayudar a visualizar las membranas en la conjuntiva y confirmar el diagnóstico.
    • Pruebas de alergia. En casos de conjuntivitis alérgica, las pruebas cutáneas o sanguíneas para evaluar la sensibilidad a alérgenos específicos pueden ser útiles para confirmar la causa subyacente.

Es esencial diferenciar la conjuntivitis membranosa de otras formas de conjuntivitis, como la viral o la bacteriana. 

Tratamiento de la conjuntivitis membranosa

El tratamiento de la conjuntivitis membranosa se centra en abordar la causa subyacente y aliviar los síntomas. En el caso de infecciones, se pueden recetar antibióticos o antivirales según corresponda. Además, se pueden utilizar lágrimas artificiales para aliviar la sequedad ocular y reducir la irritación.

  • Antibióticos para infecciones bacterianas. Se recetan antibióticos tópicos para eliminar la bacteria responsable y reducir la inflamación. Los antibióticos orales pueden ser necesarios en casos más severos.
  • Antivirales para infecciones virales. Cuando está causada por virus, especialmente el adenovirus, el tratamiento puede incluir antivirales tópicos o sistémicos según la gravedad de la infección.
  • Antihistamínicos y descongestionantes para conjuntivitis alérgica. Pueden ayudar a aliviar la irritación y reducir la formación de membranas.
  • Tratamientos antiinflamatorios. En situaciones donde la inflamación es prominente, se pueden prescribir esteroides tópicos o antiinflamatorios no esteroides (AINEs) para reducir la respuesta inflamatoria y aliviar los síntomas.

Cuidados generales y autocuidado

Para el tratamiento de la conjuntivitis membranosa también se pueden usar: 

  • Compresas frías. Aplicarlas sobre los ojos puede proporcionar alivio temporal al reducir la inflamación y aliviar la sensación de ardor o picazón.
  • Evitar frotar los ojos. Este gesto puede empeorar la irritación y propagar la infección. Se recomienda evitar tocarse los ojos y utilizar pañuelos de papel desechables para limpiar cualquier secreción.

La duración puede variar según la causa subyacente y la prontitud del tratamiento. En general, con el tratamiento adecuado, se puede observar mejoría en unos pocos días, aunque es esencial completar el curso de medicamentos recetados para garantizar una recuperación completa y prevenir recurrencias.

Secuelas de la conjuntivitis membranosa

Al ser una afección que involucra la formación de membranas en la conjuntiva ocular, puede dejar secuelas que afectan la salud ocular a corto y largo plazo. Algunos son:

  • Cicatrización de la conjuntiva. Puede afectar la superficie ocular y provocar irregularidades en la textura del tejido.
  • Alteraciones en la superficie ocular. Puede afectar la distribución de la lágrima y conducir a problemas de ojo seco.
  • Visión borrosa temporal. Puede ser un síntoma común, y aunque tiende a mejorar con el tratamiento, podría persistir temporalmente en algunos casos.
  • Sensación de cuerpo extraño. La irritación y la sensación de tener un cuerpo extraño en el ojo pueden persistir durante un tiempo después de que las membranas se hayan resuelto por completo.
  • Recurrencia. En algunos casos puede tener episodios recurrentes, especialmente si la causa subyacente, como alergias o infecciones, no se aborda de manera adecuada.
  • Complicaciones corneales. Si las membranas afectan la córnea o si hay rascado persistente debido a la irritación, podría haber un riesgo leve de complicaciones corneales, aunque esto es menos común.

Por lo general, las secuelas de la conjuntivitis membranosa son menos pronunciadas que en algunas otras formas más graves de conjuntivitis.

Prevención de conjuntivitis membranosa

La prevención implica evitar la exposición a alérgenos, mantener una buena higiene ocular y proteger los ojos de condiciones ambientales adversas.

Asimismo, para prevenir recurrencias, es importante tomar medidas para evitar la propagación de la infección y practicar una buena higiene ocular. Lavarse las manos con frecuencia, no compartir artículos personales y evitar el contacto cercano con personas infectadas son precauciones clave.

Ante cualquier síntoma de irritación ocular persistente, es fundamental buscar la orientación de un oftalmólogo para un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado. Si crees que es tu caso, en SaludOnNet contamos con médicos especialistas en el ojo que están dispuestos a atenderte, sin esperas y a precios muy asequibles.

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