Hernia de hiato: síntomas, causas y pruebas médicas
- Algunas personas no sienten nada, mientras que otras sufren molestias que afectan su calidad de vida.
- Cuando los síntomas no mejoran con medicación o la hernia es grande, puede ser necesario recurrir a la cirugía.

La hernia de hiato es una alteración común del aparato digestivo que puede pasar desapercibida durante mucho tiempo. Muchas personas descubren que la tienen cuando comienzan a notar molestias que confunden con acidez, reflujo o digestiones pesadas. Reconocer qué síntomas tiene la hernia de hiato y entender cuándo conviene realizar una prueba diagnóstica es clave para prevenir complicaciones y recuperar el bienestar digestivo.
¿Qué es una hernia de hiato?
Se produce cuando una parte del estómago asciende hacia el tórax a través del diafragma, el músculo que separa el abdomen del pecho y que interviene en la respiración.
El diafragma tiene una pequeña abertura llamada hiato esofágico, por donde pasa el esófago antes de unirse al estómago. Cuando esta abertura se ensancha o pierde firmeza, una parte del estómago puede deslizarse hacia arriba, dando lugar a una hernia en el estómago.
Existen dos tipos principales:
- Hernia por deslizamiento, la más frecuente, en la que el cardias (unión entre esófago y estómago) se desplaza hacia el tórax.
- Hernia paraesofágica, menos habitual pero más grave, en la que parte del estómago se sitúa junto al esófago y puede estrangularse.
Ambas requieren valoración médica, especialmente si se presentan síntomas persistentes o intensos.
Qué síntomas tiene la hernia de hiato
Los síntomas de la hernia de hiato pueden variar según el tamaño de la hernia y la respuesta del organismo. Algunas personas no sienten nada, mientras que otras sufren molestias que afectan su calidad de vida.
Los signos más comunes incluyen:
- Ardor o acidez estomacal: es el síntoma más característico. El contenido ácido del estómago asciende hacia el esófago, provocando sensación de quemazón en el pecho o la garganta.
- Regurgitación ácida o amarga: sensación de que el ácido o parte del alimento sube de nuevo por la garganta, especialmente al acostarse.
- Dolor torácico o en la boca del estómago: muchas veces se confunde con dolor cardíaco, ya que puede irradiar hacia el pecho o la espalda.
- Dificultad para tragar (disfagia) o sensación de que la comida se queda atascada en el pecho.
- Hipo frecuente o sensación de plenitud abdominal tras comidas pequeñas.
- Tos seca, ronquera o irritación de garganta, sobre todo por la noche, debido al reflujo ácido.
- Náuseas matutinas o sensación de estómago lleno sin comer mucho.
Cuando los síntomas son persistentes o empeoran al tumbarse, es importante acudir a un especialista para realizar pruebas diagnósticas, como una gastroscopia, una radiografía con contraste o una manometría esofágica. Estas pruebas permiten confirmar la presencia de una hernia y evaluar si existe reflujo gastroesofágico asociado.
Qué síntomas da una hernia de hiato grave
No todas las hernias se comportan igual. En los casos más avanzados o cuando parte del estómago queda atrapado en el tórax, los síntomas pueden ser más intensos:
- Dolor agudo o punzante en el pecho o la parte alta del abdomen.
- Dificultad respiratoria al presionar el estómago el diafragma.
- Vómitos con sangre o heces negras, indicio de sangrado digestivo.
- Pérdida de peso inexplicada o anemia por sangrado crónico.
Estos signos requieren atención médica urgente, ya que pueden indicar una hernia estrangulada o una complicación del esófago por reflujo prolongado.
Causas y factores de riesgo
La hernia de hiato aparece por una combinación de factores anatómicos y de presión abdominal. Las causas más frecuentes incluyen:
- Envejecimiento: con los años, el diafragma pierde tono muscular.
- Obesidad o sobrepeso, que aumentan la presión dentro del abdomen.
- Tos crónica, estreñimiento o levantar peso con frecuencia, que fuerzan la musculatura abdominal.
- Embarazo, por la presión que ejerce el útero sobre el estómago.
- Predisposición genética o debilidad del tejido conjuntivo.
También puede influir el consumo de tabaco, el estrés, las comidas copiosas y acostarse justo después de comer, ya que favorecen el reflujo y la presión sobre el hiato.
Cómo se diagnostica una hernia de hiato
El diagnóstico comienza con una evaluación médica completa, que incluye preguntas sobre los síntomas y antecedentes personales. Posteriormente se pueden solicitar pruebas específicas:
- Endoscopia digestiva alta (gastroscopia): permite visualizar directamente el esófago y el estómago, detectar lesiones por reflujo y confirmar la existencia de hernia.
- Radiografía con contraste baritado, que muestra la posición del estómago y el esófago.
- Manometría esofágica, que mide la presión y función muscular del esófago.
- PHmetría esofágica, útil para valorar el grado de reflujo ácido.
Cómo se cura la hernia de hiato
La hernia de hiato no siempre necesita cirugía. En muchos casos, los síntomas se controlan con cambios en el estilo de vida y tratamiento farmacológico.
Tratamiento médico
- Fármacos antiácidos y protectores gástricos: como los inhibidores de la bomba de protones o los bloqueadores H2, que reducen la acidez.
- Procinéticos, que mejoran el vaciado gástrico y disminuyen el reflujo.
- Medidas higiénico-dietéticas, fundamentales para mejorar el bienestar digestivo.
Entre las recomendaciones más útiles:
- Comer despacio y en porciones pequeñas.
- Evitar alimentos irritantes (café, chocolate, alcohol, fritos, picantes).
- No tumbarse hasta al menos dos horas después de comer.
- Dormir con el cabecero de la cama ligeramente elevado.
- Mantener un peso saludable y evitar prendas muy ajustadas.
Cirugía de la hernia de hiato
Cuando los síntomas no mejoran con medicación o la hernia es grande, puede ser necesario recurrir a la operación de hernia de hiato.
La técnica más habitual es la funduplicatura de Nissen, realizada por laparoscopia. Esta intervención reposiciona el estómago en el abdomen y refuerza el diafragma para evitar que el ácido suba al esófago.
El postoperatorio suele ser rápido y el paciente puede reincorporarse a su rutina en pocos días. La cirugía tiene un alto índice de éxito y mejora notablemente la calidad de vida.
Cuándo acudir al médico
Conviene consultar con un especialista en aparato digestivo cuando:
- Los síntomas de acidez o reflujo son frecuentes.
- Se necesita tomar antiácidos de forma continua.
- Hay dolor torácico sin causa cardíaca aparente.
- Aparecen vómitos con sangre, pérdida de peso o dificultad para tragar.
Un diagnóstico precoz evita daños en el esófago y permite tratar el problema de raíz. La herniación del estómago puede empeorar con el tiempo si no se controla adecuadamente.
Vivir con hernia de hiato
Aunque la hernia de hiato es crónica en muchos casos, se puede llevar una vida completamente normal con las medidas adecuadas. Cuidar la alimentación, evitar el tabaco y mantener un peso equilibrado reduce los síntomas de manera notable.
Además, seguir los controles médicos y realizar una revisión periódica ayuda a prevenir complicaciones a largo plazo como la esofagitis o la úlcera esofágica.
Escuchar al cuerpo es clave. Si se siente ardor frecuente, tos nocturna o molestias digestivas sin explicación, lo más recomendable es realizar una prueba diagnóstica digestiva para confirmar si hay una hernia y tratarla cuanto antes.
En SaludOnNet, es posible acceder a endoscopias y estudios digestivos sin listas de espera, con especialistas que ofrecen atención personalizada y precios cerrados. Una valoración temprana puede marcar la diferencia entre convivir con molestias crónicas o recuperar una digestión tranquila y sin dolor.
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