El insomnio y las ganas de dormir

Cada persona necesita descansar un determinado número de horas para sentirse bien cada día. Unos requieren ocho o nueve horas diarias y otros, sin embargo, están perfectos descansando menos de seis. Lo cierto es que el cuerpo y la mente necesitan un periodo de reposo para recuperarse y recargar energías, a fin de afrontar el día a día en las mejores condiciones posibles.
Cuando el médico pregunta a un paciente en consulta si duerme bien, el 50% de ellos responde que tiene dificultades para conciliar el sueño. Además se sabe que un 15% de la población tiene insomnio crónico. A pesar de ello, sólo el 5% acude a consulta para tratar este problema.
Cómo tratar el insomnio
Aunque en algunos casos puede ser necesario el uso de fármacos para favorecer el sueño, es importante saber que las medidas no farmacológicas son la primera opción, ya que ofrecen mejores resultados a largo plazo, no generan efectos secundarios y evitan la dependencia de los hipnóticos. Si el médico indica medicación, la pauta de inductores del sueño no debería prolongarse más de un mes.
Una vez que se acude a consulta con este problema el médico, además de explorar al paciente, le hace preguntas para saber cuántas horas duerme, si la falta de sueño afecta a su vida diaria, si lleva mucho tiempo con ese problema, si hay algún factor que considere que pueda estar precipitando esa situación, si tiene antecedentes familiares o si tiene buenos hábitos de sueño y un estilo de vida saludable. Además, es fundamental descartar síntomas de enfermedades orgánicas o trastornos psiquiátricos asociados. Un recurso útil es que el paciente realice un diario de sueño durante dos semanas, para que el especialista pueda conocer las pautas de su descanso.
Una vez determinado el origen del insomnio, hay que tratar los factores desencadenantes lo antes posible. Entre las intervenciones más eficaces se incluyen la mejora de la higiene del sueño, el aprendizaje de técnicas de relajación, la terapia de control de estímulos (por ejemplo, evitar usar la cama para leer o ver televisión) y la terapia cognitiva conductual realizada por un psicólogo o psiquiatra.
Pero hay casos en los que el tratamiento no-farmacológico no es suficiente y es necesario recurrir a fármacos inductores de sueño, como los fármacos hipnóticos (zolpidem, zopiclona, entre otros).
Tipos de insomnio
Existen diferentes tipos de insomnio en función del momento en el que se produce la vigilia. Cuando la persona tarda más de media hora en quedarse dormida se habla de Insomnio de conciliación. Se suele producir por problemas de ansiedad o trastorno bipolar. Cuando lo que ocurre es que se producen despertares frecuentes con dificultad para volver a quedarse dormido después se llama Insomnio de mantenimiento. Por último, el despertar precoz está asociado a las personas mayores y a quienes padecen depresión.
También se puede clasificar el insomnio en función de la duración. Así se habla de Insomnio transitorio cuando dura menos de una semana, de corta duración cuando se produce de una a tres semanas y crónico cuando dura más de tres semanas y está asociado a una enfermedad física o psiquiátrica en la mayoría de los casos.
¿Te cuesta dormir o ya no descansas como antes?
El insomnio puede tener distintas causas y lo mejor es descubrirlas a tiempo. Un médico puede ayudarte a encontrar el origen y la solución que necesitas. En SaludOnNet contamos con médicos preparados para acompañarte y devolverte el descanso que mereces.






















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2 comentarios
SaludOnNet dice: 21 febrero, 2017
Por supuesto, Elena. No todas las personas necesitan dormir las mismas horas para sentirse bien. Lo cierto es que los buenos hábitos ayudan a tener una mayor calidad de vida siempre.
Elena Castillo López dice: 21 febrero, 2017
Dormir es sin duda indispensable para la salud, pero a mi parecer creo que las horas de dormir de una persona para que sienta con energía al día siguiente puede varias por diferentes motivos. Yo curiosamente encontré este artículo http://dormidina.com/?s=horas en el que se explica un caso real asociado con las horas que necesitamos descansar y la longevidad. El truco sin duda alguna, siempre está en evitar nuestros malos hábitos, ¿no os parece?