Finasteride: nuevas advertencias sobre efectos neuropsiquiátricos
- Según la EMA este fármaco puede desencadenar pensamientos suicidas en algunos pacientes.
- Es imprescindible que los pacientes estén bien informados antes de iniciar el tratamiento.

El finasteride es un medicamento ampliamente utilizado tanto en hombres jóvenes como mayores. Durante años es una de las principales opciones terapéuticas para combatir la caída del cabello (alopecia androgenética) y la hiperplasia prostática benigna (HPB). Sin embargo, recientes investigaciones científicas y comunicados de agencias reguladoras han revelado nuevos efectos adversos, especialmente en el ámbito neuropsiquiátrico, que están llevando a una revisión más cautelosa de su uso.
¿Qué es el finasteride?
El finasteride es un inhibidor de la enzima 5-alfa reductasa tipo II. Esta enzima convierte la testosterona en dihidrotestosterona (DHT), una hormona que, en exceso, puede provocar agrandamiento de la próstata y caída del cabello en hombres genéticamente predispuestos. Al reducir los niveles de DHT, el finasteride permite frenar o revertir en parte estos procesos.
Se comercializa bajo diferentes nombres, con presentaciones de 1 mg para alopecia y 5 mg para HPB. En el caso del tratamiento capilar, es de uso crónico, generalmente en hombres jóvenes, mientras que en pacientes con problemas prostáticos suele ser una terapia a largo plazo en hombres mayores de 50 años.
Efectos secundarios tradicionales
Durante años, los efectos adversos más documentados y discutidos del finasteride han sido los sexuales:
- Disminución del deseo sexual o libido.
- Disfunción eréctil.
- Problemas con la eyaculación (reducción del volumen o retraso).
- Dolor testicular ocasional.
En la mayoría de los casos, estos síntomas desaparecen tras suspender el tratamiento. Sin embargo, un pequeño porcentaje de pacientes ha indicado que continúa experimentándolos, incluso después de abandonar el medicamento, lo que ha sido denominado «síndrome post-finasteride».
Nuevos hallazgos sobre efectos neuropsiquiátricos
La reciente preocupación sobre el finasteride se centra en su posible impacto sobre la salud mental. A partir de 2023 y con más fuerza en 2024 y 2025, estudios clínicos y análisis retrospectivos han relacionado el uso de finasteride, especialmente en dosis bajas (1 mg para la caída del cabello), con síntomas neuropsiquiátricos significativos:
- Depresión severa: Varias publicaciones científicas y bases de datos de farmacovigilancia han encontrado una mayor prevalencia de síntomas depresivos entre los usuarios de finasteride, especialmente en hombres jóvenes sin antecedentes.
- Ideación suicida: En 2025, la Agencia Europea del Medicamento (EMA) y otras instituciones como la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) confirmaron que este fármaco puede desencadenar pensamientos suicidas en algunos pacientes. Este hallazgo llevó a una modificación en los prospectos y advertencias del medicamento, especialmente en su uso cosmético (alopecia androgenética).
- Ansiedad y ataques de pánico: Aunque menos frecuentes, también se han descrito trastornos de ansiedad, insomnio, nerviosismo y labilidad emocional tras iniciar el tratamiento.
- Persistencia de síntomas tras la suspensión: Un aspecto especialmente preocupante es que en algunos pacientes los síntomas no desaparecen con la interrupción del tratamiento. Estos casos refuerzan la teoría del síndrome post-finasteride, una condición que aún está siendo estudiada.
Finasterida 5 mg: consideraciones específicas
Aunque muchas de las investigaciones recientes se han centrado en la dosis de 1 mg (la más común para la alopecia), los riesgos asociados al uso de 5 mg diarios también son relevantes:
- La incidencia de efectos adversos sexuales sigue presente, y aunque puede ser mejor tolerada en pacientes mayores con HPB, no está exenta de consecuencias neuropsiquiátricas.
- Dado que los pacientes con HPB tienden a ser mayores, los síntomas depresivos podrían ser confundidos con otras condiciones de salud. Sin embargo, estudios recientes también han detectado mayor prevalencia de trastornos del ánimo en este grupo.
- La necesidad de vigilancia estrecha, especialmente al inicio del tratamiento, es esencial para evitar la progresión de síntomas no detectados o mal diagnosticados.
Uso de finasteride en mujeres
El uso de finasteride en mujeres está restringido. No debe ser utilizado en mujeres embarazadas o que puedan quedar embarazadas, ya que puede provocar malformaciones genéticas graves en fetos masculinos.
En algunos casos específicos, como el tratamiento de la alopecia femenina o hirsutismo, se ha explorado el uso de dosis bajas de finasteride. Sin embargo, la evidencia aún es limitada y el riesgo teratogénico ha llevado a su uso extremadamente controlado, generalmente acompañado de anticonceptivos orales para evitar embarazos.
Además, las mujeres que han tomado finasteride han reportado efectos secundarios similares a los descritos en hombres, incluyendo disminución de la libido, alteraciones menstruales y problemas del estado de ánimo, aunque la investigación en esta población es todavía incipiente.
Recomendaciones para pacientes y profesionales de la salud
Dadas las nuevas evidencias, tanto médicos como pacientes deben actuar con mayor precaución al considerar o iniciar un tratamiento con este medicamento:
- Realizar una valoración previa del historial psiquiátrico del paciente.
- Iniciar el tratamiento con información clara y completa sobre los posibles efectos adversos.
- Hacer seguimientos periódicos, especialmente durante los primeros 3-6 meses.
- Fomentar una comunicación abierta entre médico y paciente para detectar a tiempo cambios en el estado de ánimo o síntomas sexuales.
- Considerar la suspensión del tratamiento si aparecen signos graves como pensamientos suicidas, insomnio severo o anhedonia persistente.
- En caso de efectos secundarios duraderos, derivar a un especialista en salud mental o sexología.
El finasteride, tanto en su presentación de 1 mg como de 5 mg, sigue siendo una herramienta terapéutica eficaz para la alopecia androgenética y la HPB. Sin embargo, los descubrimientos recientes sobre efectos neuropsiquiátricos han motivado una reevaluación crítica de su uso, especialmente en hombres jóvenes que lo toman por motivos estéticos.
Es imprescindible que los pacientes estén bien informados antes de iniciar el tratamiento y que los médicos adopten una actitud vigilante, basada en la medicina personalizada. La salud mental no debe verse comprometida en el proceso de mejorar la estética o el confort urinario.
Con estas nuevas advertencias, el mensaje es claro: la prescripción debe ser siempre individualizada, informada y acompañada de seguimiento continuo para minimizar riesgos y maximizar beneficios.
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