¿Es bueno andar después de una operación de hernia inguinal?
Caminar tras una intervención quirúrgica suele despertar muchas dudas. En el caso de la hernia inguinal, la recuperación depende en gran parte del tipo de cirugía y del seguimiento de pautas adecuadas durante el postoperatorio. Una de las preguntas más frecuentes es si se puede, o incluso se debe, andar después de la operación.
Qué es una hernia inguinal y cómo se opera
Una hernia inguinal se produce cuando parte del intestino u otro tejido abdominal sobresale a través de un punto débil en la pared abdominal, en la zona de la ingle. Es una afección común, sobre todo en hombres, y su único tratamiento definitivo es quirúrgico.
Existen dos técnicas principales para la reparación:
- Cirugía abierta: consiste en una incisión directa sobre la ingle, por la que se recoloca el tejido herniado y se refuerza la zona con una malla.
- Laparoscopia: es una técnica mínimamente invasiva, que permite una recuperación más rápida, pero que requiere anestesia general y cierta experiencia quirúrgica.
¿Cuánto dura una operación de hernia inguinal?
La duración media de esta intervención varía entre 30 minutos y 1 hora, dependiendo del tipo de cirugía y de si es unilateral o bilateral. En la mayoría de los casos, se realiza de forma ambulatoria: el paciente entra y sale del hospital el mismo día, salvo que surjan complicaciones o existan patologías previas que aconsejen un ingreso.
Postoperatorio de la hernia inguinal
El postoperatorio puede diferir ligeramente en función del tipo de técnica utilizada, pero en general implica:
- Control del dolor con analgésicos prescritos.
- Vigilancia de la herida quirúrgica para evitar infecciones.
- Evitar esfuerzos físicos intensos en los primeros días.
- No levantar peso durante al menos 4 semanas.
Durante las primeras 24-48 horas puede haber molestias al caminar, al levantarse o al toser, debido a la tensión sobre la zona operada. Sin embargo, mantener la inmovilidad tampoco es recomendable, ya que aumenta el riesgo de trombosis y retrasa la recuperación muscular.
¿Es bueno andar tras la operación de hernia inguinal?
Sí, caminar después de una operación de hernia inguinal no solo es seguro, sino que se considera recomendable, siempre que se haga con moderación y de forma progresiva. Esto favorece una recuperación más rápida, reduce la inflamación y mejora la circulación.
Los beneficios de caminar tras la cirugía son:
- Estimula la movilidad sin ejercer presión excesiva sobre la zona intervenida.
- Previene la formación de coágulos sanguíneos en las piernas.
- Facilita la recuperación intestinal, al evitar el estreñimiento, muy común tras la anestesia y los analgésicos.
- Ayuda a mantener el ánimo, combatiendo el cansancio o la apatía postquirúrgica.
Durante los primeros días, los paseos deben ser cortos, frecuentes y a ritmo suave. Es preferible caminar varias veces al día que hacerlo todo de una vez. Si aparece dolor intenso, inflamación excesiva o sangrado, se debe contactar de inmediato con el médico.
Hernia inguinal recuperación: tiempos y fases
La recuperación completa varía según factores individuales (edad, estado físico, tipo de cirugía), pero generalmente sigue este patrón:
- Primeros 3 días: descanso relativo, con paseos cortos por casa. No es necesario guardar cama estricta, pero sí evitar estar mucho tiempo de pie o sentado.
- Día 4 al 10: se pueden hacer paseos al aire libre, subir y bajar escaleras y realizar tareas ligeras del hogar.
- Día 10 en adelante: se puede volver al trabajo si no implica esfuerzos físicos importantes. En el caso de empleos físicos, se requiere una valoración médica antes de reincorporarse.
- Semana 4 a 6: se retoman progresivamente las actividades normales, incluyendo deporte de baja intensidad.
En total, el periodo de recuperación suele oscilar entre 2 y 6 semanas, dependiendo de cada caso. La laparoscopia suele acortar estos tiempos en comparación con la cirugía abierta.
Tiempo de baja por hernia inguinal
El tiempo de baja médica tras la operación de una hernia inguinal también depende de la actividad profesional del paciente:
- Trabajos sedentarios: entre 7 y 14 días.
- Trabajos físicos moderados: de 2 a 4 semanas.
- Trabajos con esfuerzo físico intenso (carga de peso, esfuerzo abdominal): entre 4 y 6 semanas o incluso más, si hay complicaciones.
En casos de cirugía laparoscópica, el tiempo de baja puede reducirse en 5 a 10 días respecto a la cirugía abierta. No obstante, el alta laboral debe estar siempre supeditada al criterio médico, que evaluará el estado de la herida, el nivel de dolor y la capacidad funcional del paciente.
Cuidados generales durante la recuperación
Además de caminar, existen otras recomendaciones que favorecen una recuperación segura y eficaz:
- No realizar esfuerzos abdominales: evitar levantar objetos pesados, empujar muebles o realizar deportes de impacto.
- Alimentación rica en fibra: previene el estreñimiento y reduce la presión sobre la zona operada.
- Evitar el tabaco: fumar retrasa la cicatrización y favorece la aparición de complicaciones respiratorias.
- Dormir con la cabeza ligeramente elevada: especialmente los primeros días, para mejorar la respiración y reducir la presión intraabdominal.
- Uso de ropa cómoda y holgada: que no presione la zona quirúrgica.
En algunos casos, el médico puede recomendar el uso de una faja abdominal durante las primeras semanas, aunque su uso no es obligatorio y depende de cada paciente.
Cuándo acudir al médico durante el postoperatorio
Aunque la mayoría de las recuperaciones transcurren sin problemas, es importante estar atento a posibles señales de alerta:
- Aumento del dolor que no mejora con analgésicos.
- Enrojecimiento, calor o supuración en la herida.
- Fiebre superior a 38 ºC.
- Dificultad para orinar o para evacuar.
- Sensación de bulto nuevamente en la ingle.
Ante cualquiera de estos síntomas, es necesario consultar con el cirujano o acudir al centro médico para descartar complicaciones como infecciones, hematomas o recurrencias de la hernia.
Andar favorece la recuperación
Retomar la actividad física de manera progresiva, especialmente caminando, es una parte clave del proceso de recuperación tras una operación de hernia inguinal. Lejos de representar un riesgo, andar favorece la recuperación, siempre que se haga con sentido común, sin excesos y siguiendo las indicaciones médicas. La combinación de descanso relativo, alimentación adecuada, analgésicos pautados y movilidad ligera permite una evolución postoperatoria más rápida y con menos molestias.
En definitiva, caminar después de una operación de hernia inguinal no solo es seguro, sino beneficioso, siempre que se haga con precaución y bajo supervisión médica. La recuperación es progresiva, y con los cuidados adecuados se puede volver a la actividad diaria sin complicaciones.
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Cuidados tras la operación de Hernia Inguinal
Una hernia inguinal es la protusión de una parte del intestino a través de una abertura en la pared abdominal en la ingle. Esta patología, que afecta a gran número de personas, puede causar un enorme malestar durante la vida diaria. Este tipo de hernia se produce como consecuencia de que una parte del intestino se ha abierto paso hacia el conducto inguinal, llegando a producir un abultamiento a nivel de la ingle o del escroto.
Es importante acudir a un especialista en cirugía general ante cualquier indicio de una posible hernia. El médico realizará de la forma más adecuada un correcto diagnóstico y ponga un tratamiento, en función de las características particulares del paciente.
Este tipo de patología puede ser de origen congénito, presente en el material genético de la persona, o adquirido durante de la vida del paciente.
Síntomas de la hernia inguinal
Las hernias inguinales producen un abultamiento visible cerca del aparato reproductor, pudiendo resultar bastante alarmante para la persona que lo sufre. La protuberancia es frecuente que aumente al estar de pie, disminuyendo en posición reclinada. Esto es debido al desplazamiento natural que realiza el intestino dentro del cuerpo humano. Es muy importante detectar a tiempo esta patología, ya que se puede producir un estrangulamiento del intestino, dando lugar a una necrosis del tejido, lo que provoca graves consecuencias para la persona.
Diagnóstico y tratamiento de la hernia
El diagnóstico debe ser efectuado por un médico cualificado, que valora el cuadro clínico a partir de la exploración física realizada y las posibles pruebas complementaria. Por lo general, las más frecuentes son las radiográficas, ya que con ellas se obtiene una adecuada información para el diagnóstico. Asimismo, los procedimientos radiológicos más utilizados son las ecografías e incluso los TAC, pudiendo resultar unas excelentes pruebas complementarias a la hora de abordar esta patología.
También es posible que el médico solicite al paciente que se ponga de pie y tosa, ya que esta acción permite hacer más visible la presencia de la hernia.
Cuando la hernia inguinal causa sintomatología debe ser tratada de forma quirúrgica. En este sentido, aquellos pacientes que no presenten sintomatología no tienen que operarse. Sin embargo, deberán llevar una vigilancia periódica con el objetivo de detectar cualquier tipo de cambio que se haya producido en el bulto.
Cuando la hernia se encuentra sin flujo sanguíneo es necesario realizar una operación quirúrgica de emergencia, en la que se procede a la liberación del tramo que se encontraba colapsado. Es por todo ello que se aconseja revisar la zona inguinal tanto en hombre como mujeres, pudiendo detectar de forma temprana cualquier abultamiento en el área.
Recomendaciones tras la operación
Existen algunas medidas que el paciente debe tomar, tras haberse sometido a una intervención quirúrgica de hernia inguinal. A continuación se enumeran las más importantes:
- Cuidar la alimentación los primeros días. Los primeros días tras la intervención se aconseja por parte de los especialistas realizar una dieta blanda, en la que se incluya pescado blanco, sopas, arroz hervido o purés, evitando la ingesta de bebidas como el café o el té.
- Tomar la medicación acordada. Es frecuente que el médico prescriba una serie de calmantes para el control del dolor, siendo recomendable tomarlos en las horas prescritas y no solo cuando aparezca el dolor.
- Curar la herida. En estos casos lo más recomendable es utilizar algún tipo de desinfectante como la povidona yodada y volver a cubrir con una gasa estéril.
- Realizar una actividad física moderada. Es bueno que la persona debe comenzar a caminar desde el primer momento, no siendo aconsejable durante las primeras semanas realizar ejercicio físico intenso, ya que puede influir de manera notoria en la normal curación de la herida.
En el caso de que tu médico te haya recomendado una intervención de hernia inguinal, en SaludOnNet contamos con especialistas que te brindarán una atención personalizada, sin lista de esperas, y tengas o no tengas seguro medico.
Si por el contrario, ya te has operado de hernia inguinal, quizá necesites acudir al especialista en cirugía general para que realice un seguimiento del postoperatorio o para resolver cualquier duda que puedas tener.
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